El equilibrio impulsa al Iberostar
El equipo más triplista de la ACB cedió este papel al Unicaja para imponer su gran juego de equipo y su defensa
El Iberostar hizo historia ayer al doblegar con autoridad al Unicaja y meterse por segunda vez consecutiva en las semifinales de la Copa del Rey. El equipo tinerfeño, que llegaba a la cita madrileña como el más triplista de la Liga Endesa (622 lanzados cuando nadie más alcanza los 600), cedió este papel esta vez al Unicaja para basar su victoria en un juego coral y muy equilibrado. La defensa hizo el resto ante un rival que pagó el pobre papel de su juego interior.
Desde el principio el equipo de Txus Vidorreta mostró tener las ideas mucho más claras que su rival. Fuerte defensa, cierre de las líneas de pase a Shermadini o Lessort y mucha inteligencia y control en ataque, corriendo cuando era posible pero moviendo el balón en busca de la mejor opción cuando eso no era posible. Hasta en cuatro ocasiones a lo largo del encuentro el Iberostar anotó o sacó falta de tiro sobre la bocina de final de posesión, lo que da idea de la paciencia con la que el conjunto canario fabrica sus canastas.
El Unicaja se mantuvo en el partido durante los tres primeros cuartos gracias a su acierto en los triples. Durante muchos minutos estuvo en torno al 50% de eficacia desde más allá del arco, lo que compensaba el nulo protagonismo de sus pívots. Sin embargo, el Iberostar respondía a cada uno de los intentos de los malagueños por acercarse en el marcador y llegó al descanso con 8 puntos de ventaja (44-36).
El tira y afloja continuó en la segunda mitad pero era difícil que al Unicaja siguieran entrándole tanto los triples. A la que los malagueños empezaron a bajar sus porcentajes, el Iberostar puso tierra de por medio muy bien dirigido por San Miguel y Bassas. Los dos bases movieron a la perfección a su equipo y encontraron siempre a unos interiores que casi no fallaron sus tiros de dos: 7/7 para Iverson, 4/4 Abromaitis y 2/3 Niang.
Ni siquiera Jaime Fernández, que se retiró cojeando en el minuto final, pudo salvar esta vez a un decepcionante Unicaja