El amor no vale nada
El retrato de Nick Bollettieri es un excelente documental para los aficionados al tenis
En Movistar+ se puede acceder al documental ‘Nick Bollettieri: El amor no vale nada’. Bollettieri fue el entrenador de grandes figuras del tenis como André Agassi, Jim Courier o Boris Becker. Acumula 180 títulos de Grand Slams ganados por sus pupilos. Fue el pionero en crear una academia que sacaba a los niños de sus casas para internarlos bajo su tutela. Desde el primer minuto, el documental nos advierte sobre el personaje. Penetramos en una gran mansión y descubrimos una imagen siniestra y oscura de Bollettieri viendo un antiguo documental donde lo definen como “un tirano profesional frío y un capataz severo”. Y, a continuación, empieza una entrevista en la que el director le va haciendo preguntas en un contexto tan desolador como simbólico: unas pistas de tenis en estado de ruina. Enseguida descubrimos al personaje decadente. Con una entrevista hábilmente preparada, nos vamos dando cuenta de la frialdad del protagonista, de su manera de usar a las personas, de sus conductas irreflexivas, siempre en beneficio propio. Con buen criterio, el director Jason Kohn mantiene el material bruto de la entrevista para evidenciar el carácter prepotente y chulesco del entrenador. El documental incluye el testimonio de antiguos alumnos y algunas de las figuras que pasaron por su academia. Todas con un amargo recuerdo de Bollettieri. El gran ausente: André Agassi. La manera cómo se profundiza en su relación, en la tremenda dependencia que tenían, y cómo finalmente Bollettieri le desprecia resulta televisivamente apasionante. Se va tejiendo una trama llena de rivalidades entre tenistas, de manipulación emocional por parte del entrenador y de traiciones que dan al relato una intensidad enorme. Los conflictos primero entre Agassi y Courier, y después entre Agassi y Becker en la pista se acaba convirtiendo en un melodrama de marionetas manipuladas por el malvado Bollettieri. El protagonista acaba resultando un hombre odioso. El final es desconcertante. El entrevistado le va provocando una serie de valoraciones éticas, morales y emocionales que él inicialmente desprecia pero que al final provocan un giro sorprendente. Aunque no sabes si es fruto de la sinceridad o de una manipulación más de Bollettierti