El espeso es Valverde
Ala larga, los equipos acaban pareciéndose a sus entrenadores -véase el Manchester United- lo cual es lógico, pero a veces lamentable. Un equipo brillante, alegre, con chispa como el Barça que jugó en Wembley contra el Tottenham se ha ido apagando progresivamente hasta contraer la misma sosería, aburrimiento e indecisión dubitativa que su entrenador. Cuando hablo de fútbol espeso, Valverde estaba proyectando, en el sentido psicoanalítico del término. Si el Barça juega cada vez más espeso. Y triste y soso y sin chispa. Si no fuera por Messi no sé dónde estaríamos. La Copa del Rey puede ser un torneo letal para los azulgrana, que les amargue la temporada.
Muchos estábamos de acuerdo que hay que priorizar la Champions League.
Valverde fue a jugar la Copa en Valencia contra el Levante con el equipo B para no sobrecargar más a sus titulares. Lo malo es que luego cambió de idea y cuando el
Valencia vino aquí sacó el equipo A, sobrecargando a sus titulares. La consecuencia de ese error dubitativo han sido lesionar a Messi y perder a Arthur un mes. A Suárez ya casi ni se le ve.
El espesor de Valverde le impide alinear a Dembélé y
Coutinho juntos. Nadie entiende que dos jugadores tan diferentes como Coutinho y Dembélé se tengan que disputar un mismo puesto en el equipo. ¿Y si nos dejaran ver cómo Coutinho le pasa a
Dembélé al espacio? El jugador más parecido que hay en Europa a Mbappé es
Dembélé: lo que ha costado que el espeso Valverde le sacara del banquillo. Un entrenador aburrido está desmotivando y quitándole el brillo al Barça. ¡Vaya ADN!