Piqué y Busquets aguantan el tipo
En su partido 300 de Liga con el Barça, Gerard, único jugador intocable del Campeonato, fue un valladar atrás y provocó el penalti del 1-0
Incombustible en la Liga siendo el único jugador de campo de los 20 equipos que ha disputado los 2.160 minutos en 24 jornadas, Gerard Piqué se multiplicó en una noche complicada y fue clave en las dos áreas. Atrás fue el guardián para un Ter Stegen casi inédito bajo palos en un eje de la zaga que compartió con Thomas Vermaelen mientras Clément Lenglet descansaba. Arriba acompañó contagiando un instinto asesino que acabó derivando en el solitario 1-0 de Messi.
Después de un contragolpe con superioridad del Real Valladolid de cinco contra tres, Ter Stegen sacó rápido y el central, más ‘Piquenbauer’ que nunca, cruzó la divisoria para llegar al área rival y ser objeto de un claro penalti por Michel, quien le agarró por el hombro izquierdo al verse incapaz de detener su avance. Leo cumplió desde los 11 metros ante un inconmensurable Masip durante toda la noche.
En su partido 300 en Liga con el Barça, Piqué tiró del carro y salió al quite con ocho recuperaciones, una providencial cuando llegaba Enes Unal solo al remate al filo del descanso, y oxigenando el juego azulgrana cuando en el guión inicial no se preveía que asumiera tanto protagonismo. Nadie dio más pases buenos (79) que Gerard, superando a Busquets (75), Vidal (72) y Aleñá (71) en 76 minutos, ubicados metros por delante. Los cinco pases largos definen también su intento de superar líneas en una medular espesa contra los pucelanos.
Piqué, que solo erró cuatro envíos, tuvo en Busquets un aliado para evitar que, pese a la escasa claridad de ideas general, llegaran remates francos a Ter Stegen. El ‘pulpo de Badia’ fue el líder en pelotas robadas (11). La misma atención mostraron un creciente Sergi Roberto, Vermaelen y Alba, menos vertical de lo habitual contra un rival que cerró bien las bandas con cinco hombres atrás