El filial deja ir 2 puntos que ya saboreaba
El Olot, con un jugador menos, empató en el último minuto el gol de Merveil
Una acción desgraciada en el último suspiro de Jokin Ezkieta, que había hecho un buen partido, y cierta falta de oficio dejó al Barça B sin dos puntos de los tres que prácticamente tenía ganados en su visita a Olot. Un gol del bullicioso Merveil mediada la segunda parte encarriló el triunfo del filial azulgrana, pero el Olot no se arrugó ni siquiera tras la justa expulsión de Guzmán y tiró de orgullo para rescatar el empate a uno en una acción a balón parado que acabó con el balón escurriéndose de las manos del portero culé, obsequio aprovechado sin contemplaciones por Carles Mas.
La superioridad técnica del Barça B obtuvo respuesta en la bravura del Olot y frustró así a un filial culé que, tras dos derrotas consecutivas, necesitaba algo más que un punto. Por si fuera poco, el equipo de García Pimienta perdió por lesión a Carles Pérez, que tuvo que ser sustituido.
Casi todo lo reseñable ocurrió tras el descanso. Durante la primera parte el Barça B buscó el gol a través de su dominio territorial y con la determinación de Miranda y de Merveil por la banda izquierda, con aportaciones puntuales de Riqui Puig y ocasiones de Abel Ruiz. El delantero tuvo dos bastante claras, pero no acertó en el remate, circunstancia que se repitió en la segunda mitad. El Olot empezó muy fuerte obligando al portero culé Ezkieta a realizar una doble intervención de mérito, aunque luego se dedicó a contener el dominio visitante y a tratar de aprovechar las oportunidades a balón parado, a la postre su tabla de salvación.
Abel Ruiz dispuso de dos grandes oportunidades antes de fabricar la jugada del 0-1 al llegar a la línea de fondo y poner el balón en los pies del pícaro Merveil, extremo cedido por el Getafe que se mostró eléctrico y poco dado al adorno gratuito. El gol desató la tormenta perfecta, con incidencias varias y llegadas a ambas áreas. El Olot reclamó un penalti por manos de Araujo y, a renglón seguido, Guzmán pagó con la expulsión