Guardianes contra espías
Los equipos se las ingenian para evitar que sus rivales y los fotógrafos descubran sus mejoras y secretos
El saber es sinónimo de poder. Difícilmente habrá ejemplos más claros que la Fórmula 1 para corroborar dicha afirmación. Y por ello, en el ‘Gran Circo’ no es extraño que se tomen tantas molestias por no dar pistas de sus intenciones y mejoras y evitar que sus adversarios cacen sus ideas al vuelo.
Las carreras de Fórmula 1 son un auténtico campo de batalla de estrategias, no solo en pista, sino también en las fábricas. Sin ir más lejos, los equipos llevan desde mediados del año pasado casi centrados totalmente en el diseño y creación de los coches que esta semana estrenaron en pista. Y probando su efecto por primera vez esta semana en Barcelona, nadie quiso desvelar ni el más mínimo detalle. No nos equivocaríamos mucho al decir que si pudieran rodar con lonas sin problemas, lo harían para no enseñar nada a sus adversarios. Un pequeño avance puede suponer un décima ganada al crono, algo que en Fórmula 1 cuesta millones, y que por ello cuenta en cada box con unas personas encargadas de protegerlas, aquellos que hacen la vida imposible sobre todo a los fotógrafos que se acercan a uno de sus coches.
Los conjuntos se defienden con unos muros formados con varias manparas con los que se encierran para evitar que nadie mire. Pero el problema aparece cuando el monoplaza llega al pit lane tras realizar una tanda. Hay unos segundos en los que el coche queda expuesto. Y ahí, entran en juego dichos guardianes.
Como si fueran los mejores defensas centrales ante un atacante en boca de gol, colocan su cuerpo delante de las cámaras y responden a todas las fintas de los fotógrafos con cualquier movimiento de cuerpo que pueda impedir que tomen la imagen deseada. Lo intentan hacer de forma disimulada, de espaldas, y lo repiten y una y otra vez sin cansarse. Y otro, mientras, mueve una de las mamparas con ruedas repitiendo cada paso del periodista. Si vas a la derecha, él va a la derecha. Y viceversa hasta que el periodista desiste. Ayer lo vivimos en nuestra propia carne, sobre todo en Ferrari, especialista en este tipo de práctica, a la que respondimos con risas y unas fotos en las que las espaldas de sus guardianes y los muros compartían plano con un trocito de coche.
Múltiples técnicas
El año pasado, Ferrari evitaba que se tomaran imágenes de sus bólidos generando humo al encender su vehículo al salir del box.y este año lo han repetido aunque de forma más suave. Fuera del asfalto, el secretismo se mantuvo todavía más debido al cambio de reglas. Cualquier pista debía ser evitada. Los equipos escondieron su potencial en sus giros, concedieron muchas menos entrevistas y se dieron menos apariciones de sus técnicos ante la prensa. Y en rueda de prensa, todos los pilotos repitieron el mismo discurso: “Es demasiado pronto para valorar”.
Pero aparte de defensas, también cuentan con ‘atacantes’. Para deducir los planes de sus rivales, los equipos cuentan con profesionales en las gradas o los viales. Sin ir más lejos, cazamos a dos ‘espías’ de Ferrari fotografiando todos los coches con grandes objetivos. Además, cada piloto aprovecha su día libre para acudir a varias curvas para comparar el rendimiento de cada monoplaza y su equilibrio. Todo para entender lo que hace el rival y dónde está cada uno, algo que todavía sigue siendo una incógnita
Los mecánicos, muy pendientes de no desvelar ningún detalle de sus coches
Las escuderías, con personas en las curvas para ‘cazar’ imágenes de sus oponentes