Sara Carbonero: el triste retorno
El regreso de la presentadora a Deportes Cuatro emanaba cursilería
El lunes volvía a Mediaset Sara Carbonero para retomar su trayectoria televisiva después de su excedencia profesional. Carbonero regresa cada lunes a un lugar que ya conoce, Deportes Cuatro, y con un espacio que en su momento ya no tuvo demasiado éxito: entrevistas a deportistas. La sección no queda nada integrada en el informativo. Es un añadido forzado. Su extrema timidez a la hora de comunicar sigue resultando inquietante. El programa anunciaba: “Vuelve Sara”. Y Manu Carreño ironizaba con su llegada: “Creo que ha llegado poniendo el navegador porque no se acordaba de dónde estaba Mediaset”.
La careta de presentación de su sección es muy significativa: Sara andando por la grada de un pabellón como en un desfile de moda. Toda una declaración de postureo. El primer día entrevistaba al campeón de patinaje artístico Javier Fernández, que se acaba de retirar. Las imágenes para ilustrarlo eran demoledoras: la presentadora cogidita de la mano del deportista y patinando juntos como una parejita feliz. Las primeras imágenes del retorno de Sara Carbonero a Mediaset no transmitían profesionalidad ni actitud periodística; rezumaban cursilería. Confirmaban el estereotipo sexista que convierte a la periodista deportiva en adorno complementario. No es raro en Mediaset, una cadena que cada Mundial elige un fichaje femenino según criterios estéticos y no potencia a las que trabajan en la redacción. La entrevista que le hizo a Javier Fernández no tenía vigor, ni seguía un hilo conductor interesante. Fue una conversación tópica, de tono mortecino. Su actitud frágil y titubeante a la hora de vender los fragmentos de entrevista no encaja con la energía que pretende desprender el formato e incluso Carreño y Narváez parecían incómodos. Encima, al final nos vendieron la sección de Carbonero como el espacio para las deportistas, ofreciendo de complemento las noticias del deporte femenino aprovechando su presencia. Ya es el colmo. La cadena más machista en materia deportiva ahora pretende convertir a Carbonero en el bastión del feminismo después de erigirla como el estereotipo más sexista, distorsionado, artificial y alejado de lo que verdaderamente son las periodistas deportivas