La gripe no se apiada de Sandro
El expresidente azulgrana tardó dos días en llegar a Madrid desde Barcelona y pisó dos cárceles
Se había preparado físicamente para este momento. Largas caminatas en el patio de la prisión barcelonesa de Brians 2, sesiones de yoga, páginas llenas de anotaciones para no olvidarse de nada y así ejercitar también su mente. No podía dejar que su cuerpo se rindiera ante los 642 días de cautiverio, pero no contaba Sandro Rosell con un traslado de Barcelona a Madrid de cerca de dos días en un vehículo de la Guardia Civil donde los presos van encajonados. No contaba el ex presidente del Barça con dormir en una prisión de Zaragoza, con seguir hasta la cárcel de Valdemoro, cambios de temperatura, calefacción, frío, más frío, y la sensación de que importas poco. Una gripe inoportuna, maldita, esa fiebre que no te deja pensar con claridad. Sandro ofreció el primer día del juicio un aspecto desmejorado, incluso a ojos de su familia que ha podido visitarlo con relativa frecuencia. La prisión preventiva no sólo ha robado casi dos años de la vida de Rosell, el empresario ha envejecido.
Su madre, Marilós, no ha podido viajar a Madrid, le puede la emoción. Ni siquiera siguió la primera jornada del juicio por ‘streaming’. Se evitó la imagen que hizo que Mariona bajara la mirada por primera vez. Hasta ahora no habían visto a Sandro esposado. Ayer el expresidente del Barça y Joan Besolí llegaron esposados hasta la sala donde les juzgaban. Pero fue peor el momento en el que la juez Concepción Espejel mandó suspender la vista para que pudieran arreglar un problema con el audio en la sala. Se llevaron a Sandro y Joan a otra dependencia pero antes les pusieron las esposas. ¿Era necesario? Seguramente es un procedimiento común en presos peligrosos, quizá es normal que en presencia de los jueces unos encausados que vayan a desplazarse a otra sala tengan que ir con las esposas inmovilizando sus brazos. Quizás... Mejor no pensar. Pero a la familia le dolió en el alma.
Visita a Montserrat
Mariona, hermana de Sandro , se acercó a Montserrat antes de viajar a Madrid para pedirle a la ‘Moreneta’ un juicio justo. A la virgen no se le tendrían que pedir obviedades. Pero ella piensa que cualquier ayuda es buena, “necesitamos a Sandro en casa”, dice.
Su padre, Jaume, sí quiso escuchar los preliminares desde casa, tiene problemas de movilidad. Los argumentos de los abogados son tan potentes, tan claros, que encerrado en un despacho asentía cada vez que Pau Molins intervenía. Jaume Rosell ha sufrido tanto, tantísimo, él le enseñó a su hijo a amar el Barça, le animó a presentarse como vicepresidente, después a luchar por ser el número 1... Por eso cuando Andrés Maluenda, abogado de Joan Besolí, pidió que se olvidasen todos de que Sandro había sido presidente azulgrana, a su padre le dolió en el alma. Tuvo el fiscal que admitir que “esto no tiene nada que ver con el FC Barcelona”. Pero quedó ahí flotando, quedó la sensación de que haber sido presidente del Barça le ha llevado hasta la Audiencia Nacional.
En una semana de Clásicos, de ambiente futbolero, de rivalidad, en una semana con Messi como gran protagonista, era inevitable que otro de los abogados defensores hiciera un símil futbolero. Les explico que son tres los abogados, Pau Molins (Sandro), Maluenda (Besolí) y José Maria Fuster-fabra (Marta Pineda, esposa de Sandro) pero actúan como la Santísima Trinidad, como un tridente si utilizamos el argot futbolístico.
Fue Fuster-fabra el que dejó claro a la fiscalía y a los tres jueces que “están planteando un partido fascinante pero nos falta la pelota. Si no hay balón - no hay delito en Brasilno hay partido”. El abogado es muy futbolero, muchísimo, viaja siempre que puede para ver los partidos de su equipo lejos de Barcelona, socio desde que tiene uso de razón, hizo socio a sus tres hijos apenas nacieron. Fuster-fabra es futbolero pero del RCD Espanyol, un seguidor de los históricos, de los de siempre, de los que ha sufrido cuando el
Barça de Rosell ganaba a los periquitos pero que al leer la instrucción del caso decidió aceptar la defensa de la esposa de Rosell porque está convencido de la inocencia de los acusados. Fuster-fabra conoce bien la Audiencia Nacional, lleva más de 20 años defendiendo a víctimas de ETA.
En familia
A los tres hermanos Rosell (Mariona, Laura y Sergi) les acompaña en Madrid la esposa de su amigo Joan Besolí, Carmen, que ha dejado a su hijo Genís - parapléjico desde que un accidente laboral le destrozase la columna vertebral- con parte de la familia.con ella está Urgell, la mujer de Andreu. Colomer ,‘ Colo’, está solo en Madrid. Muchos amigos que han compartido con Sandro y Marta una vida.
Hoy estarán acompañando a un Sandro Rosell griposo, triste pero confiado. En una semana con dos Clásicos, esta mañana le toca a él llevar el balón
Visiblemente desmejorado, Rosell tiene ganas de jugar el partido de su vida
Sus tres hermanos están en Madrid sufriendo: las esposas no eran necesarias
Uno de los abogados de la defensa es un reconocido socio del RCD Espanyol