Una exhibición imperial
El central gobernó la defensa con una eficacia espectacular y el medio anotó su segundo golazo en un Clásico
El Clásico de Liga parecía destinado a las excelencias goleadoras de un Messi que ha hecho del Bernabéu su jardín. O de Luis Suárez, que venía de endosarle un doblete en la Copa, el quinto tanto en lo que va de temporada. Quizá de Dembélé, en efervescente estado de forma. Pero esta vez, el fútbol de los Real Madrid-barça se encaprichó de dos jugadores. De un Rakitic que siempre está, entregado y generoso, y que anotó un delicioso tanto y de un Piqué imperial, majestuoso, inconformista, incansable... El miedo escénico fueron ellos.
Justo cuando el bullicio del mercado le convierte en protagonista involuntario, entre el interés de varios clubs y la renovación, Rakitic volvió a demostrar que es una parte insustituible de este Barça. Que ha sabido ganárselo. Valverde va por los 101 partidos, de los que el croata ha intervenido en 94, la mayoría de titular. Y ayer volvió a incluirle en el once y, de nuevo, estuvo genial. En el 25’ se inventó una galopada por la derecha, con escala en Sergi Roberto a mitad del campo, que culminó con un toque sutil, de crack, con el balón elevándose a cámara lenta por encima de Courtois. Su segundo golazo en un Clásico, después de aquel 2-3 en diciembre de 2017. De los 14 que ha jugado, ha ganado en nueve, empatando en tres y perdiendo sólo en uno. Algo tiene. El cuarto tanto de la temporada.
Como Rakitic, Piqué está participando de esta inolvidable década de absoluto dominio azulgrana sobre los merengues. Sin ir más lejos, en los últimos seis Clásicos ha ganado cuatro y ha igualado un par. En este último, el canterano del Barça cuajó un partido que debió poner de malhumor a Luis Enrique. ¿Cómo es posible que el mejor central de la Liga no esté en la selección?, debió pensar. Estuvo, sencillamente, impecable, perfecto. Siempre estuvo en el lugar adecuado, sin escatimar esfuerzos, sin dejarse llevar por alguna molestia en los isquiotibiales. Gobernó a su antojo el área azulgrana, tanto que se permitió la sabiduría de controlar el escenario sin que le temblara el pie para sacar el balón controlado. Y si lo perdía, se exponía para evitar el gol, como aquella del 22’ en un disparo de Modric. Cortó balones interiores, estirándose metiendo el pie y si era necesario, todo el cuerpo. Alguna pelota le rebotó en las costillas.
Está siendo tan indispensable en Liga, con las lesiones de Umtiti, y Vermaelen, algunas bajas de Lenglet, que es el jugador con más minutos. Los mismos que Ter Stegen. 2.340. Las 26 jornadas. Completas No es de extrañar que Shakira escribiera un tuit calificando de “espectáculo” su actuación