El miedo atávico ha pasado al Madrid
Hubo a quien se le ocurrió el sábado ‘wasapear’ el himno cantado a capela por Joan Manuel Serrat en el Centenario para compartir con otros culés un momento de felicidad sublime. Esas estrofas cantadas por ‘el noi del poble Sec’ conmueven. Era el momento indicado para buscar complicidades con el himno que abraza por igual a barcelonistas del sur y del norte. No es baladí la hegemonía de la última década de los blaugrana en el Bernabéu, 8 victorias ligueras en las últimas 11 temporadas y el casillero histórico a favor (96-95). Aquel miedo atávico en blanco y negro que desprendían los hierros redondeados de las porterías de Chamartín ha sido traspasado al eterno rival. El hincha blanco acudió apocado y sin darle ninguna chance al inconsistente equipo de Solari .Nofuenia recibir el autobús de los jugadores. Jamás se vieron tantas camisetas blaugrana en las gradas ni se había escuchado animar tanto al Barça. Medio Messi, la seriedad habitual y los colosos Piqué y Lenglet bastaron para someter a un Madrid del que tira un chico de 18 años mientras Bale, Kroos y Casemiro rechazaban la pelota y el otrora ‘aspirante’ a Balón de Oro Asensio se zambullía.
EL TORRENTE DE ARGUMENTOS QUE
certifican la superioridad del Barça en los últimos años desmonta la cacareada autocoronación mundial del Madrid. Sergio Ramos certificó la defunción de la Liga lanzando el mensaje a Florentino del gran error de no haber sustituído los goles de CR7. El mandatario propagó que Bale les conduciría al paraíso y ahora al galés se le señala como el culpable para tapar una deficiente planificación que tiene nombre. Ahora que se celebra el Día Internacional de la Mujer es una pena que el Madrid no tenga equipo femenino para confrontarse con el Barça. Florentino es de los pocos presidentes que le ha dado la espalda a ese proyecto que haría más popular y atractiva la Liga Iberdrola. Quizá no fue casual la conexión por Whatsapp del himno de Serrat. Messi eligió al cantautor catalán para relajarse camino de su retiro particular con ‘Esos locos bajitos’, esos que como Leo
siempre van jodiendo con la pelota