“¡Este campo es nuestro jardín!”
La afición azulgrana también conquistó el Santiago Bernabéu
La herida provocada por la goleada del 0-3 en la Copa del miércoles estaba demasiado reciente aún entre los madridistas. Nunca antes de un Clásico los aledaños del Santiago Bernabéu mostraron un aspecto tan frío y desapacible en las horas previas del partido. A lo largo de todo el sábado, el aspecto de las calles que rodean el Santiago Bernabéu eran como el de un día cualquiera, no como el de un Real Madrid-barça. Se palpaba una nueva tragedia.
Incluso llamaba la atención la cantidad de camisetas del conjunto azulgrana que se veían por la calle. “Nunca hemos visto a tantos barcelonistas paseando por aquí tranquilamente el día del partido”, admitían los responsables de controlar el acceso de los seguidores barcelonistas al Bernabéu.
Oficialmente eran apenas 300 los ‘culés’ que iban a ver el partido. Pero esa cifra contaba sólo a los que vieron el partido agrupados desde el gallinero del Bernabéu. La realidad es que fueron muchísimos más, cómo se pudo apreciar cuando Rakitic marcó el único gol del partido. Aparecieron centenares de camisetas y banderas del Barça e incluso se escuchó el grito de gol en la grada, ante la sorpresa de un Bernabéu que se había quedado mudo.
La afición blanca parecía resignada ante una nueva victoria azulgrana. Pocos creían en el equipo de Solari y la prueba de ello es que en las taquillas quedaron entradas sin vender, algo inaudito en un Clásico. Se escuchaban con frecuencia los cánticos de la afición azulgrana, ya que la grada blanca se rindió pronto y apenas animó. Nada que ver con el ambiente de otros años. Sólo la bronca entre jugadores previa al descanso encendió un poco los ánimos de un público que casi silbó tanto a Piqué como a Bale.
El partido acabó con la afición azulgrana coreando los pases de un rondo interminable del Barça y entre gritos de “campeones, campeones” a los que ni respondió el público blanco.
Los madridistas abandonaron su estadio en silencio tras presenciar una nueva victoria azulgrana, mientras el sector de la grada barcelonista prácticamente celebraba la Liga. Además de cantar “campeones”, pidieron la continuidad de Solari, el Balón de Oro para Vinicius y se inventaron un nuevo cántico, “esto no es un campo, es nuestro jardín”. Jalearon a Umtiti, Aleñá y Murillo, que salieron al césped a entrenar tras el partido y después pasearon de nuevo sus camisetas con orgullo por Madrid. La afición azulgrana también conquistó el Bernabéu, como el equipo
Nunca el día de un Clásico se vieron tantas camisetas del Barça en Madrid