Pedagogía del VAR

El partido que disputó el Barça ante el Olympique de Lyon nos dejó dos acciones arbitrales que han sido muy comentadas. Por suerte, el encuentro acabó 5-1 y las dos acciones no han tenido mayor trascendencia ni tampoco incidencia en el resultado final.

La primera es el penalti señalado sobre Luis Suárez. El uruguayo es un fenómeno dentro del área y no sé si tenía intención o no de engañar al árbitro, pero no era penalti. Todo el mundo coincide en que no lo era y que es Suárez el que pisa al defensa. Pero el árbitro del VAR validó la decisión del colegiado y señaló penalti.

He explicado en más de una ocasión que el responsable del VAR debe ser un ex árbitro, no uno en activo, porque si deciden los colegas y amigos de los que pitan, están condicionados. El del otro día también era polaco, como el árbitro principal. Un ex colegiado que no tenga nada que ver con el árbitro podría dar una opinión mucho más ajustada a la realidad.

En la segunda acción, la del gol del Olympique, la falta sobre Lenglet es clara. Pero el VAR revisa si hay fuera de juego, no si hay falta. Siempre se mira si hay falta previa del atacante, pero del que marca el gol. Era falta clara y el gol debió ser anulado.

Convendría entre todos hacer un poco de pedagogía y repasar los cuatro casos en los que interviene el VAR: goles, penaltis, expulsiones o confusión de identidad. Hay que recordar que sólo interviene en casos claros y que el árbitro no lo solicita nunca, sino que desde el VAR se le indica si hay que revisar o no una jugada. Y la revisión debe ser rápida, porque si se reanuda el partido la revisión ya no se puede hacer. En resumen, que convendría hacer más pedagogía del VAR, para que todo el mundo tenga muy claro en qué casos puede actuar o no para revisar jugadas