La Champions de Messi
a Champions tiene una deuda con Messi y en cierta medida, la tiene también el Barça. Resulta casi un sacrilegio que el mejor jugador de la última década y posiblemente de todos los tiempos, vea pasar tres Champions camino de la puerta de Alcalá. La mano negra de Florentino tuvo mucho que ver pero parece que el VAR y los nuevos tiempos han puesto las cosas en su sitio. Incluso los jóvenes tulipanes del Ajax con su precioso fútbol han acabado con las ínfulas de Cristiano.
A Messi hay que celebrarlo cada día y más ahora, en estos últimos años que le quedan. Lo que hemos visto salir de sus botas no lo volveremos a ver jamás, como ese primer gol que le metió al Manchester. Rompe con la cintura, tira un túnel, se perfila el chut desde fuera del área y la clava con rosca a la base del palo. Rápido, letal, quirúrgico, genial. Merece la pena haber llegado hasta aquí con todos estos años de fútbol a las espaldas para ver y disfrutar a Messi. La pulga pidió ganar la Champions en verano y se ha preparado para ello. Sin embargo, incluso él necesita de un equipo para ganarla y de un entrenador que no cometa errores de bulto como en el pasado. Piqué, Busquets, Rakitic y Suárez son los bastiones que le acompañan, con la efervescencia de los
Dembélé, Coutinho, Alba y
Arturo Vidal. Ter Stegen da seguridad aunque por alto preocupa. Y de Sergi Roberto ya lo he dicho todo... El entrenador no debe alinear falsos defensas cuando llegan equipos como el Liverpool y te presentas en los últimos partidos de la gran competición. Semedo puede ser el próximo Abidal, al igual que Piqué está recordando al mejor Rafa Márquez.