Messi se jubilará con otra Champions y un título con Argentina
La adaptación no es sencilla. Para ninguno. Pasas de tener una rutina de entrenamientos diarios y partidos, miércoles y domingo, con viajes casi cada semana. Te impones una dieta para rendir mejor, trabajo extra en casa casi siempre físico y unos horarios que se adaptan a la vida de un deportista profesional.el fútbol deja de ser lo más importante porque habitualmente a ellos les gusta jugar, no ver partidos por televisión o en el estadio. Otra cosa es el futbito de los niños en la escuela del Barça, cuando es fácil adivinar que el don con el que nació papá no se transmite en los genes.
Ocupar el tiempo libre es uno de los mayores problemas, para cualquier jubilado, aunque en este caso la cuenta corriente acumule ceros, tantos que podrán vivir sus hijos, sus nietos, sus bisnietos...
A Carles Puyol le inició en la vida del disfrute post-futbol Gerard Piqué. “Nano, tienes que aprender a divertirte”, le dijo. Porque el capitán vivía tan obsesionado con el fútbol que se olvidaba de vivir. Vanesa Lorenzo, su pareja, le enseñó otro mundo, algunas veces glamuroso (por la profesión de la modelo) otras real. Puyol encontró en el pádel el deporte que le permitía seguir compitiendo. Había aprendido Puyol a readaptarse al fútbol tras una lesión, aprendió a readaptarse a una vida sin futbol.
Leo Messi hace tiempo que vive una vida distinta, sin la obsesión que le hacía tener problemas estomacales porque no llevaba bien la presión. No es fácil ser el mejor del mundo porque todos esperan que lo seas cada segundo de tu vida. Y la gran diferencia entre Messi y otros que comen en su mesa -como Diego Armando Maradona- es que Leo nunca quiso ser más que un futbolista, sólo eso, un futbolista.
Hace tiempo que Leo disfruta de la otra vida, de la real, la vida de risas con sus hijos, salidas con su mujer Antonela, de asados en casa de los amigos, de paseos por la playa. Cuando se retire, podrá pasear por Barcelona como Carles Puyol, apuntarse a un torneo de pádel, ir a buscar al colegio a sus hijos con aún más normalidad que ahora. Será un ex futbolista y otro, ojalá Neymar piensa él, se llevará los focos. Podrá acompañar a Antonela a alguno de los eventos relacionados con el mundo de la moda que tanto le atraen. Cuida su cuenta de Instagram la esposa de Leo como una auténtica Influencer ayudada por la hija de Pepe Costa, una experta en moda y redes sociales.
Leo sabe que vivirá en Barcelona, quiere que sus hijos crezcan acompañados por sus amigos de la infancia. Esperará en Castelldefels que regrese Luis Suárez de la aventura americana, se juntará con su hermano Cesc Fàbregas, compartirá cenas con Busquets, es su familia, la que complementa con Rodrigo Messi y su sobrino Agus, el primero de la familia.
Pero antes de disfrutar de la vida postfútbol, Leo Messi se ha trazado un plan. Quiere Leo ‘jubilarse’ con otra Champions League que celebrar con sus hijos colgados al cuello, una Champions que conquistar con su hermano Luis Suárez. Quiere dejar preparada la transición con la llegada de Ney, porque él tiene claro que no estará en el Barça como un veterano al que el técnico utiliza en los minutos finales. Ni siquiera al 60%. Él se retirará cuando note, intuya, sienta que deja de responder en el campo como el mejor. Sin discusión.
Leo tiene otro plan, indispensable en su ciclo vital, existencial: ganar un título con la selección argentina. La Copa América es la primera oportunidad. Necesita regalarle a su familia, a su país, una celebración. A sus hijos. Porque viven en Barcelona como argentinos que también se sienten. Y le quedará un Mundial. No depende sólo de él, sabe que necesita un equipo detrás para conquistar el título más grande para un futbolista.
Dos años hasta Qatar. Dos años para cerrar un círculo. No hay fecha para jubilarse, pero lo decidirá él y lo hará siendo el más grande
Vivirá en Barcelona, con Luis Suárez, Busquets, Puyol y Cesc Fabregas cerca