Tic tac: el ‘nueve’ contra el crono
Barça y Valencia rompieron negociaciones por Rodrigo. Ambos clubs estaban interesados en culminar la operación pero desde Singapur Peter Lim no aceptó los parámetros blaugrana, basados en abaratar el trasvase con jugadores de relleno. El propietario del Valencia mantuvo el listón en los 60 millones solicitados al Atlético y rechazó la valoración de la secretaría técnica del Barça. Se puso duro y el tic tac va corriendo a falta de tres días para el cierre del mercado. La ruptura podría ser un guiñol para presionar o definitiva. Pura comedia para poner las conversaciones al límite, o las diferencias son ya insalvables. Pronto saldremos de dudas, pero el día continuó con una sucesión de descartes clarificadores de jugadores que han salido estos días, como el centrocampista goleador portugués Bruno Fernandes, que fue adquirido por el Manchester United: Aubameyang (el preferido), Pedro, Tadic, Ben Yedder, Piatek, William José y Slimani. Si los contactos no se reanudan, hay otras vías exploradas, tanto en cesiones como en compras, porque los deberes estaban hechos según indicó Abidal.
FUE UNA JORNADA DE SOBRESALTOS QUE empezó con la presencia de Rodrigo en Barcelona en la consulta del doctor Cugat. La revisión médica rutinaria que daba paso a la fotografía ante el escudo del Barça en las oficinas del club. Falsa alarma. El Valencia tiene un convenio con el médico catalán y el delantero hispano-brasileño estaba siendo sometido a la inspección del esguince en su rodilla. Rodrigo colmaba los planes de Quique Setién. El cántabro pretendía un jugador con remate y capacidad de desequilibrio en la banda para que Griezmann ocupara la posición de delantero centro, como ha hecho en los tres últimos partidos dirigidos por el técnico. Messi seguirá en su zona de influencia habitual. Con el partido de Copa ante el Leganés previsto para mañana, se quiere apretar la máquina para evitar las prisas del último día. Es curioso que Cavani, el perfil que deseaba el Barça, pueda acabar en el Atlético y Rodrigo, por el que suspiraban los colchoneros, esté en la diana culé ●