Roma y el Vaticano
El Barça es Roma y Sant Joan Despí, la Ciudad del Vaticano. Están físicamente muy próximos, parecen lo mismo, pero son mundos distintos y distantes. Mientras no se entienda la diferencia, pintan bastos
El Estado de la Ciudad del Vaticano es independiente y soberano como cualquier otro país del mundo. Este, siendo el más pequeño en incrustado en Roma, la capital de la República italiana, tiene órganos de gobierno propios de una monarquía absoluta asumida por el Papa, que acumula en su persona el poder legislativo, judicial y ejecutivo.
La Santa Sede, con personalidad jurídica propia, mantiene relaciones con 180 estados a través de los Nuncios, que disfrutan del rango de Embajador. Sólo 13 países del mundo no tienen vínculo diplomático. Italia, físicamente unida al Vaticano por la ciudad de Roma, tiene su propio embajador (Vialle delle Belle Arti, 2) como cualquier otro estado. La proximidad, digamos siamesa, y el italiano (aunque El Vaticano no tiene idioma oficial promulga sus leyes en esa lengua) son vínculos comunes pero sólo eso. Italia, Ro
ma, es una cosa, la Ciudad del Vaticano, es otra por más que estén en permanente y continua relación de comunicación. Y eso, se preguntarán, ¿qué tiene que ver con lo que se corresponde con la última página de Mundo Deportivo? Alguien que sabe mucho más que nosotros, que está en su sano juicio de experiencia plena y conocimiento de la causa, utilizó este ilustrador argumento pra explicarlos la coyuntura actual.
Y dijo esto: “El Barça, con su directiva y sus normas es Roma y la Ciutat Esportiva es el Vaticano, con su Papa (que aúna en su persona el poder legislativo, judicial y ejecutivo), su Colegio Cardenalicio (el gobierno), su Guardia Suiza ( independiente de la del FC Barcelona) y sus propias leyes. Mientras no se entienda que el club y el equipo son mundos distintos que precisan una comunicación que ahora es mínima, las cosas irán de mal en peor”. Pues eso. Eso es todo... que parece urgente nombrar un embajador del Barça en Sant Joan Despí