VIBRANTE EMPATE
El Atlético se adelantó dos veces en Mestalla con goles de Thomas y Llorente pero no fue suficiente Dos acciones a balón parado condenaron a un cuadro rojiblanco intenso y que volvió a presionar
El Atlético de Madrid y el Valencia firmaron las tablas (2-2) en Mestalla en un choque intenso, vibrante y eléctrico en el que el cuadro che respondió en dos ocasiones por medio de Gabriel y Kondogbia a los tantos de Llorente y Thomas. El conjunto rojiblanco controló la mayor parte del encuentro, pero dos acciones a balón parado (una vez más) condenaron a los de Simeone al empate, aunque los de Celades también tuvieron las suyas, sobre todo al final.
Se la jugaba el Atlético. Y el Valencia. Todo lo que no sea clasificarse para la próxima edición de la mayor competición continental sería un drama para los rojiblancos. Entendió el mensaje el equipo. Simeone no reservó nada (tampoco podía con las bajas y Morata y Giménez recién recuperados, aunque Celades tenía más) y desde el principio se vio un Atlético diferente. Con más intensidad. Con una presión alta que asfixiaba al Valencia, con un rombo en el centro del campo con Llorente por la derecha y Koke por detrás de los ‘delanteros’, sí, entre comillas, porque eran Vitolo y Correa.
Al cuarto de hora, la buena salida de los colchoneros encontró premio. Jugada entre Correa y Vitolo por la derecha que acaba con un centro-chut del argentino. Paulista no acierta a despejar y el balón le queda muerto al activo Llorente, que en posición de ‘9’, sólo tuvo que empujarla.
A diferencia de otras ocasiones, el Atlético no dio el temido paso atrás. Siguió maniatando al Valencia en la salida del balón. Parejo, motor che, apenas la olía. Faltaba colmillo en ataque para buscar el segundo, pero los del Cholo tenían el partido completamente controlado. Sólo en una acción aislada podía el Valencia igualar la contienda. Y llegó en el minuto 40.
Un córner botado por Parejo al segundo palo le llegó a Maxi Gómez, Saúl tardó un mundo en encimarle, y el uruguayo la puso en el área pequeña, donde Gabriel Paulista metió la cabeza para poner el empate. Cada jugada a balón parado es un sufrimiento para los madrileños. Un despiste en todo el primer acto. Un gol en contra. Pero lejos de acusar el golpe, un equipo tan herido como el Atlético, se levantó de inmediato. Y de la mano de Thomas hizo el 1-2 antes del descanso. Condujo el ghanés, avanzó hasta la frontal y soltó un derechazo imposible para Domenech. Raso, fuerte, pegado al palo. Golazo de un futbolista que en las últimas semanas no estaba ofreciendo su mejor nivel. A vestuarios, con algún pito en Mestalla.
Salió el Valencia con brío renovado, pero el Atlético quería seguir con el plan del primer acto. Le había ido bien. Para qué cambiar. El que sí lo hizo fue Simeone. Un clásico. Lodi, al banquillo. Entró Vrsaljko y Arias pasó al carril zurdo. El brasileño, que llevaba una amarilla, fue desbordado por Ferrán Torres nada más comenzar la segunda mitad. Al banquillo.
Pero por mucho control que tuviese el Atlético, el balón parado seguía ahí. Y así llegó el empate valencianista. Falta lateral sacada por Parejo. Kondogbia se va de Llorente y marca, de rebote pero a placer. Otra acción mal defendida. Otro gol en contra en estas jugadas. Desesperante. Klopp debe estar relamiéndose. Pudieron ganar los dos, pero se dio un empate que no beneficia a ninguno. Con luces... y con sombras ●
El Atlético volvió a presionar arriba hasta que le duró el fuelle, luego creció el Valencia