Barça, campeón
Los sacrificios a los que nos está obligando esta emergencia sanitaria nos recuerda la maravillosa vida normal que teníamos.
Estamos renunciando a lo que más nos gusta: sociabilizarnos, libertad de movimientos, abrazarnos, besarnos, trabajar con normalidad, ver felices a nuestros hijos salir del cole o disfrutar de compartir el espectáculo deportivo con los amigos. No es una renuncia sencilla pero nos enfrentamos a una crisis sin precedentes y superarla depende de la responsabilidad individual de cada uno. Estoy convencido de la victoria final y de que la lucha durará pocos meses. Volveremos a trabajar con más ganas y quedaremos con más amigos para comer la paella que hemos aplazado. Y cuando pase resurgiremos más fuertes y orgullosos de comprobar que, con unión disciplina y solidaridad, conseguimos lo que nos proponemos. Y volveremos a la maravillosa vida normal que llevábamos, a dinamizar la economía, llenando estadios, restaurantes, comercios, hoteles y aviones. Aguantemos. Su ejemplo de superación debe ser nuestra inspiración. Son tiempos imprevisibles. Nadie puede predecir qué pasará con las competiciones. De momento, creo que la UEFA debería aplazar la Eurocopa un año y priorizar las competiciones nacionales e internacionales en marcha. La FIFA, decretar una moratoria y que los contratos de los futbolistas acaben el 31 de julio. Y si hay suspensión definitiva de la Liga, el Barça, campeón. Los cuatro primeros, Champions. Quinto y sexto, a la UEFA. Sin descensos y la próxima Liga de 22 equipos subiendo los dos primeros de Segunda ●