La vacuna del periodismo deportivo
Cuando la UEFA y Laliga, y otras organizaciones deportivas, decidieron suspender sus competiciones para evitar un mayor contagio del COVID-19 pensé en la soledad que iba a vivir el periodismo deportivo. Qué haremos ahora si toda la vida nos hemos acostumbrados a llenar páginas y a hablar de los entrenamientos, poner micrófonos en ruedas de prensa, escribir de los resultados de los partidos, especular con los posibles fichajes para la próxima temporada, señalar árbitros sospechosos, polemizar sobre el VAR, elucubrar sobre los aspirantes a la presidencia del Barça, o a dar cátedras sobre las estrategias de los entrenadores. Da gusto leer páginas deportivas durante estos días profundizando sobre la crisis económica que vivirá el deporte con la pandemia del coronavirus. O leer que por una vez la banca no ganará sobre la ruina de las casas de apuestas. Se está descubriendo el lado solidario y humano de muchos deportistas que se han unido a la campaña #Quedate Encasa aconsejada por las autoridades sanitarias. Pero también la bondad de algunos protagonistas para aportar dinero a obras en beneficio de los contagiados y de los empleados de los campos donde durante estos días no podrán trabajar, como han hecho varios jugadores de la NBA. Por suerte, la mutación del periodismo deportivo ha sido positiva y una clara lección o demostración de que hay más vida fuera del puro y duro resultado, al tiempo que ha silenciado a los especuladores y amarillistas ●