Una Liga con asterisco para el Barça
Gane quien la gane y se termine como se termine, esta va ser para siempre una Liga con un asterisco y una nota a pie de página. Pero, aunque así sea, mejor que la gane el Barça y contabilice como la 27, la tercera consecutiva, la quinta en seis años, la novena en 12 temporadas. Mucho mejor ganarla que quedar segundo. Aunque los méritos tendrían que ser sobre el césped, uno empieza a hacer números y a darse cuenta de que el calendario que Tebas tiene en la cabeza y el panorama que describió ayer Rubiales pecan de optimistas. Por más que el lógico aplazamiento de la Eurocopa hasta el 2021 otorgue ahora cierto margen para disputar más jornadas de las ligas domésticas hasta el 30 de junio, el problema es y será saber cuándo se va a poder reanudar la competición.
Las gráficas de contagiados indican que quedan un mínimo de dos meses para, en el caso de España, poder ir regresando a una cierta vida normal. Habrá menos contagios pero los habrá. Y los jugadores no quieren volver a jugar mientras dure el riesgo de infección. Y hacen bien. Su seguridad y su salud también está por encima del espectáculo y del negocio. Tampoco les gusta jugar a puerta cerrada pero, ahí, ya, podrán mandar menos, como lo demostró la última jornada de la Champions.
En el mejor de los casos, las tres grandes competiciones (ligas, Champions y Europa League) no empezarán hasta el mes de mayo. En la Liga, quedan 11 jornadas. En Europa, queda por disputar la vuelta de la mitad de las eliminatorias de octavos y dos rondas más hasta la final. Parece más factible, por lo que decidió ayer la UEFA, cambiar el formato de la Champions, con unos cuartos y semifinales que, como la final, se jugasen a partido único. Así, el Barça, el City o el Madrid estarían a cuatro partidos del título. El Atlético de Simeone, a tres.
Más complicado y menos realista parece poder terminar las Ligas europeas. En caso que la fuerza mayor impida llevar las competiciones hasta su fin antes del 30 de junio,
Rubiales se abrió ayer a la posibilidad de seguirla disputando en septiembre. ¿Con qué plantillas? ¿Qué fichajes harán entonces los equipos con la soga al cuello para no descender? ¿No es esto, también, adulterar la competición justo en la recta final? Aunque no guste la idea, y Rubiales la descartase ayer, la realidad que dictará la pandemia puede ir por otros derroteros.
Así, para dilucidar el campeón, hay que ver lo que ya se ha hecho en dos ocasiones, en Yugoslavia o Chile. Allí dieron por ganador quién iba líder en el momento de la suspensión. Quizá parece lo más justo, aunque no todos los equipos han jugado dos veces contra los mismos rivales. Entonces, el segundo criterio menos malo, que tampoco gusta a Rubiales, sería el de dar por ganador al campeón de invierno. Lo descarta también por injusto. Parece que se tendría que buscar un consenso europeo para decidir, llegado el caso, los respectivos campeones de cada país.
Que las normas estén claras cuanto antes y no dentro de dos meses, cuando el calendario ya no dé margen a terminar la competición antes del fin de los contratos el 30 de junio y las suspicacias entre clubs sean mayores. En cualquier caso, mejor tener campeón con asterisco -en los libros de historia y en la Wikipedia- que declarar nulas 27 jornadas y decir que nada de lo que hemos visto no lo hemos vivido. Esto no pasará. Lo mejor, también para el Barça, sería campeonar pudiendo jugar los 11 partidos. Hoy por hoy,muyimprobableantesdeverano