Mundo Deportivo

“SIENTO ENVIDIA CUANDO VEO ANOETA”

Aitor López Rekarte Exjugador de la Real Sociedad

- Borja Santamaría

→ Aitor López Rekarte era el dueño del lateral derecho la última vez que la Real rozó un título. Fue en la temporada 2002/2003, en la que el conjunto de Denoueix hizo soñar a toda Gipuzkoa con una Liga que por momentos pareció txuri urdin. 18 años después, con la gloria copera a un partido, Rekarte destaca el trabajo de Imanol y su ‘staff’ para convertir a la Real en un equipo camaleónic­o, preparado para algo grande, y siente un punto de envidia: el de no haber podido disfrutar del nuevo Anoeta desde el césped.

¿Cómo está viviendo esta situación tan extraña?

Pues intentando hacer lo que nos dicen, simplement­e. Tampoco es cuestión de estar todo el rato dándole vueltas. No somos expertos en el tema, los de a pie tenemos que asimilarlo y adaptarnos.

Se echa de menos poder ver algún partido de fútbol.

El fútbol, si quieres, no falta nunca. Se echa de menos la actualidad, pero al que le guste el fútbol y quiera ver no tiene más que tirar de hemeroteca y darse el gustazo con algunas cosas.

¿Es muy de ver partidos antiguos?

No en especial pero en momentos puntuales sí me gusta, sobre todo, partidos en los que he participad­o.

Seguro que tira de la temporada del subcampeon­ato. ¿Qué partido recomendar­ía?

Hay varios. Como partido simbólico, por ejemplo el del Madrid en casa. Recuerdo muchos. Pero también otros que no fueron tan buenos, como el de San Mamés al inicio de la segunda vuelta. Como todo en el fútbol, aquella temporada tuvo momentos muy, muy buenos y también puntos de inflexión que también es importante tenerlos en cuenta.

¿Ve similitude­s entre aquella Real y la actual?

El estilo es diferente y también las caracterís­ticas de los jugadores y la época. En cuanto a poder conseguir grandes cosas sí hay ciertas similitude­s. De hecho, a estas alturas, la diferencia de puntos entre ambos equipos es de dos puntos. Pero en lo demás, sobre todo en el estilo de juego, es difícil compararlo­s.

La Real ha demostrado, por ejemplo en Anduva o Ipurua, que es capaz de jugar a varias cosas. ¿Qué valor le da?

Ha sido uno de sus grandes aprendizaj­es. Independie­ntemente del estilo de juego, manejar diferentes registros y poder adaptarse a ellos probableme­nte haya sido el trabajo más importante que haya hecho Imanol hasta ahora.

¿Qué importanci­a le da a la labor de Imanol en ese aspecto?

A Imanol como punta de lanza y luego todo el equipo que tiene. Hoy en día el ‘staff’ es el que de alguna manera consigue que el equipo vaya asimilando las ideas, que también es una cuestión de tiempo y de resultados. Cuando pones todo de tu parte, haces un planteamie­nto, el equipo lo asimila y encima consigues resultados, se redondea todo. Si no, habría que buscar otras líneas. Están haciendo un gran trabajo.

¿Cuál cree que es la mayor fortaleza del equipo?

Precisamen­te esa capacidad de adaptación. Es la clave de éste y de cualquier equipo que quiera mantenerse en esas posiciones.

La clave de esta Real es su capacidad de adaptación; Imanol y el ‘staff’ están haciendo un gran trabajo”

Inculcar a los jugadores que además del juego combinativ­o no deben perder de vista el sacrificio individual es lo más complicado y eso, ya te digo, se hace consiguien­do resultados. Por mucho que le plantees una idea, que puede ser maravillos­a, si el jugador ve que no llegan los resultados, es difícil mantener tus argumentos en el tiempo. Dependes de eso como entrenador.

¿Cómo valora la evolución defensiva del equipo?

Hubo una racha en la que la Real necesitaba meter casi 3 o 4 goles para ganar. Era una línea insostenib­le. El trabajo defensivo y el sacrificio de cada uno de los jugadores está siendo grande. Por ejemplo, que Januzaj, que no estaba jugando mucho y con la calidad que tiene, salga y se esfuerce, haciendo ese trabajo y siguiendo a su par, es una de las claves para que la Real esté donde está.

¿Siente envidia cuando ve el nuevo Anoeta?

La cercanía con el aficionado cuando juega en casa es otro de los puntos fuertes del equipo”

Por supuesto, muchísima. Muchísima. Es uno de los puntos fuertes que tiene el equipo, jugar en casa y vivir esa cercanía con los aficionado­s.

Todos estos factores han llevado al equipo a una final de Copa, algo que muchas generacion­es no han tenido la suerte de vivir.

Sí, y me retrotraig­o a lo que viví yo. Mi hermano jugaba en la Real y tuve la suerte de ir a Zaragoza a ver la final. Esto fue en el 87, yo tenía 12 para 13 años; son momentos inolvidabl­es. Es maravillos­o ver a tu equipo competir por un torneo que yo creo que además tiene mucho de histórico, de nostalgia; un campeonato que en muchos de los años en los que yo he competido como profesiona­l dejábamos a veces en el segundo plano. Creo que Imanol, teniendo en cuenta el contexto de la Real, apostó por no desdeñar ninguna competició­n e intentar llegar a lo máximo en cada una de ellas. Y este ha sido el resultado.

Tuve la suerte de ir a Zaragoza a la final del 87, cuando tenía 12 años; fue un momento inolvidabl­e”

De haberse jugado el 18 de abril, ¿cree que la Real hubiese partido como favorita?

En una final es difícil designar un favorito salvo que haya grandísima­s diferencia­s. Es verdad que teniendo en cuenta la trayectori­a que llevaba el equipo, los realistas podemos pensar que cuanto antes mejor, pero en la situación en la que estamos hay que ser frío y cuando toque, poner la máxima ilusión para que los jugadores puedan chupar esa energía que los de fuera podemos aportar.

Como jugador, ¿hubiese preferido otro rival por aquello de la presión de ser un derbi?

El jugador no está pensando en eso. Es más una cuestión de aficionado­s, que somos los que intentamos picarnos más, unos u otros. Para el jugador es una cita ya de por sí muy señalada, no influye el rival.

Esta situación de incertidum­bre llega cuando el equipo estaba en velocidad de crucero. ¿Cómo cree que le puede afectar?

Es inoportuno para todo el mundo, por supuesto, pero es cierto que todos intuíamos que era el momento de que se pudiese jugar cuanto antes teniendo en cuenta la trayectori­a que llevaba el equipo. Pero los jugadores están acostumbra­dos a cumplir lo que se les dice. La vida del futbolista siempre está regida por unos horarios establecid­os, unos criterios que tienen que seguir, y están acostumbra­dos a adaptarse y a que cuando haya que jugar, hacerlo al máximo.

Se sacó el título UEFA Pro de entrenador el año pasado. ¿Cuál es su situación profesiona­l?

Llevo este año esperando a ver si alguien toca la puerta y evidenteme­nte tocando yo algunas. Cuando no estás trabajando intentas ver cosas y trabajar otros aspectos, más teóricos que prácticos porque evidenteme­nte no tengo jugadores para llevarlos a cabo. A nadie le gusta esperar pero estoy con toda la ilusión del mundo de intentar cuanto antes implicarme en un proyecto y currar, que es de lo que se trata. ●

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FOTO: MD A Aitor López Rekarte le hubiese encantado jugar en un Anoeta sin pistas

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