Si tienen mono de baloncesto...
‘Women of Troy’ explica la evolución del baloncesto femenino en Estados Unidos
La plataforma HBO acaba de estrenar ‘Women of Troy’, un documental que pone en valor a las mujeres que cambiaron el baloncesto femenino en Estados Unidos. Nada más empezar, una ex jugadora y periodista especializada atrapa al espectador con un cebo que define, a la vez, la grandeza y la tragedia de la historia que nos van a contar: “Imagina por un momento que Michael Jordan entra en el Boston Garden, anota 63 puntos contra los Celtics de Larry Bird y se lesiona. Y ahí se acaba la carrera de Michael Jordan.
(…) Eso le pasó a Cheryl Miller”. Y a partir de aquí conocemos a Cheryl Miller y a otras compañeras suyas de la Universidad del Sur de California, conocidas como las ‘Women of Troy’: Cynthia Cooper, las gemelas Paula y Pam Mcgee…
El documental recoge el testimonio de jugadoras de esa generación y nos pone en el contexto social de ese momento, a finales de los 70, donde el baloncesto femenino (y el deporte de mujeres en general) era casi un adorno. Las imágenes y los especialistas lo explican. A principios de los ochenta, mientras se admiraba a los hombres por su libertad absoluta a la hora de hacer evolucionar el baloncesto, a las mujeres se las instruía en un estilo de juego ridículo que debían acatar. Cheryl Miller rompió desde jovencita esos esquemas jugando al lado de su hermano pequeño, el más tarde Hall of Famer Reggie Miller. El documental nos va relatando la evolución asombrosa de ese equipo universitario y la medalla de oro de muchas de ellas en los
Juegos Olímpicos de Los Angeles 84.
No hay imágenes de ese partido que las llevó a la gloria. Y después de eso, la nada. Todas desaparecieron en la Liga italiana o de gira con los
Globe Trotters porque no existía liga profesional para estas grandes jugadoras. Hasta que se fundó la WNBA y recuperaron a sus estrellas del baloncesto, excepto a Cheryl Miller que tuvo que abandonar el baloncesto por lesión. ‘Women of Troy’ muestra las claves necesarias para convertir un deporte minorizado en un deporte de élite, con prestigio y éxito social.
Y lo hace, además, dejando claro que el papel de esas mujeres de Troya no solo supuso un cambio inaudito para el baloncesto femenino sino un importante beneficio para el baloncesto norteamericano en general ●