La F1 aún confía en 2020
→ Ayer cayó Azerbaiyán, pero la idea es un Mundial de al menos 15 carreras
→ Los organizadores del Mundial de Fórmula-1 siguen confiando en que habrá campeonato esta temporada 2020 a pesar de la incertidumbre que vive el planeta entero en su lucha contra el coronavirus. El presidente y director ejecutivo de la F1, Chase Carey, envió ayer un comunicado en el que detalla las últimas decisiones tomadas por la organización: mantiene el plan de un campeonato reducido este año con la idea de que se disputarían entre 15 y 18 carreras, con inicio en el habitual parón de verano –entre finales de julio y finales de agosto– y cierre más allá del final previsto del 29 de noviembre.
El comunicado de Carey llegó horas después del anuncio de que el GP de Azerbaiyán del 7 de junio también se caía del calendario por el COVID-19. Tras la anulación definitiva de Mónaco y el aplazamiento de Australia, Bahrein, Vietnam, China, Holanda, España y Mónaco, Azerbaiyán es la octava prueba afectada por la crisis.
“Si bien nadie puede estar ahora seguro de cuándo mejorará la situación, estaremos listos para competir de nuevo cuando lo haga. Todos estamos comprometidos a brindar a nuestros aficionados un Mundial en 2020”, asegura Carey. “Admitimos que hay un potencial significativo de nuevos aplazamientos en las carreras programadas, pero nosotros y nuestros socios esperamos que la temporada empiece en algún momento este verano, con un calendario revisado de entre 15 y 18 carreras”, expuso el presidente de la F1.
Problemas financieros
El campeonato comenzaría en el habitual parón de verano, a partir de finales de julio
“Las fechas para las carreras difieren significativamente del calendario original. No es posible dar ahora un calendario más específico debido a la fluctuación de la situación actual, pero esperamos obtener una información más clara durante el próximo mes”, añadió.
Los propietarios del ‘Gran Circo’ trabajan con la prioridad de que haya Mundial, especialmente preocupados en salvar a algunos conjuntos de la posibilidad de sufrir problemas financieros que les obliguen a desaparecer si finalmente no hay carreras ●