El hombre que domaba las máquinas
Un documental repasa con datos pero escasa emoción la trayectoria de Fangio
Los aficionados a la F1 encontrarán en Netflix un documental sobre la vida del piloto argentino Juan Manuel Fangio, uno de los pioneros de la competición y considerado el padrino de la F1. ‘Fangio: el hombre que domaba las máquinas’ repasa su trayectoria profesional y, a la vez, intenta demostrar que fue el mejor piloto de todos los tiempos a partir de uno estudio científico que recopila los datos históricos de la F1 y establece análisis estadísticos comparativos a pesar de las diferencias tecnológicas y mecánicas. El estudio asegura discriminar qué porcentaje de los resultados tienen que ver con el talento del piloto y cuál es mérito de los equipos de la escudería, de tal modo que se puede establecer un ránking de talentos individuales prescindiendo de la evolución tecnológica de cada época. Se trata de un ejercicio utópico, pero en el documental sirve de excusa para poner en valor la maestría y el talento de Fangio.
El primer tramo del documental resulta un poco fatigoso hasta que no llegamos a la etapa de la F1. Las imágenes de esta competición en los años 50 son impactantes, sobre todo por la desprotección de los pilotos. Pero a nivel narrativo hay un aspecto que el documental no ha logrado: la emoción. El relato es muy plano y, a no ser que sientas una verdadera fascinación previa por el protagonista, es difícil que consiga conmoverte. Como espectador, digieres la información, pero en ningún momento consigue atraparte o seducirte, limitándose todo a aspectos estrictamente automovilísticos sin una historia humana que te transporte. El documental empieza con una frase contundente: “¿Sabes cuántas personas manejan automóviles en todo el mundo? Millones ¿Cuántas licencias de competición hay en el mundo? Miles. Pero solo unos centenares compiten. Y de estos centenares hay algunos que son buenos. Y después viene la F1. Solo hay veintiún pilotos en la F1. De esos veintiuno, solo hay seis realmente buenos. Y de esos seis, solo tres son excepcionales. Y, generalmente, solo un genio”. El documental intenta demostrar esa genialidad, pero no consigue transmitir la magia y la fascinación que suele rodear a un genio ●