La paradoja de Messi
El jugador más intransferible del mundo es el único que puede irse gratis del Barça a final de temporada. Este mes de abril, antes del coronavirus, era el plazo fijado para anunciar su decisión. Su idea es quedarse
Desde que a primeros de septiembre de 2019 Juan I. Irigoyen y Ramon Besa publicaron en El País que Messi se reservaba el derecho de irse del Barça en junio de 2020 pese a tener un año más de contrato, una sensación de angustia invadió al barcelonismo que no desapareció hasta que Leo, en distintos medios, expresó su deseo de seguir en el club de su vida “unos años más”.
La idea no ha cambiado pero también es cierto que continúa vigente el mismo contrato y que las circunstancias del mundo han cambiado con el coronavirus. Y más que van a cambiar. Nadie sabe qué pasará el día después y aunque en los últimos meses Josep Maria Bartomeu ha manifestado en repetidas ocasiones, y en todos los idiomas posibles, que su intención de renovar una vez más a Leo antes de finalizar su mandato, ese paso todavía no se ha dado.
Antes de la pandemia, y siempre teniendo en cuenta que este caso lo llevan directamente el presidente del Barça y el padre del jugador, el asunto, de acuerdo a lo fijado en el contrato, podría estar resuelto este mes de abril. Este era el plazo, es, el plazo pero la coyuntura es distinta y nos encamina a un fútbol desconocido.
Siempre con las reservas propias del caso, lo que sabemos aquí es que Bartomeu habló, hace meses, con Jorge Messi para confirmarle que estaba en condiciones de verse para redactar un compromiso más amplio. No nos consta que se hayan sentado ni que hayan dejado de hacerlo. Lo que sí sabemos es que Jorge Messi está en Argentina y este no es un tema que pueda resolverse por teléfono. Pero hay tiempo y la mejor disposición incluso ahora, tras la andanada de Messi por las presiones internas con el ERTE, porque Leo no señalaba ahí ni a Bartomeu nia Òscar Grau. Los que tienen la llave de un acuerdo que avala todo el barcelonismo