Se estrecha el círculo sobre el Tour de Francia
→ El director de la carrera Christian Prudhomme descartó que la ronda gala llegue a disputarse sin público
→ Si hace unos días los tres únicos eventos deportivos que se mantenían firmes en sus fechas pese al azote de la pandemia del coronavirus eran Wimbledon, el Open Británico de Golf y el Tour de Francia, a medida que avanzan las horas se ciernen más dudas sobre ellos. La ‘Catedral’ del tenis anunció el pasado miércoles la suspensión de la edición de este año, y ayer mismo el British ya hablaba abiertamente de un posible aplazamiento.
Esta palabra de momento no circula, al menos de puertas hacia fuera, en las oficinas de la empresa organizadora del Tour, ASO, pero las palabras del director de la ‘Grande Boucle’ ya no suenan tan contundentes como lo hacían hace unas cuantas jornadas. De hecho, de admitir la posibilidad de que una medida ‘salvadora’ de la carrera podría ser la realización de la carrera a puerta cerrada, al estilo de la París-niza, sin presencia de público, Christian Prudhomme ha pasado a descartar tal posibilidad, admitiendo a su vez que se podría llegar a estudiar un cambio de fechas, estando inicialmente previsto del 27 de junio al 19 de julio.
En manos de la pandemia
“Mentiría si dijera que no estamos trabajando en otra hipótesis”, explicaba Prudhomme a ‘La Montagne’, pero para que esto fuera posible, como el propio director del Tour decía, es necesario que “los ciclistas puedan reanudar el entrenamiento a finales de abril”, dejando en estos momentos ya en un segundo plano el deporte ante el castigo del COVID-19, que en Francia ya ha infectado a casi 57.000 personas y provocado el fallecimiento de más de 4.000. “Pero lo más importante con diferencia es la lucha contra la pandemia. Nos adaptaremos de acuerdo a la situación de salud en el país”.
Unas declaraciones que coincidían con la medida avanzada por la Unión Ciclista Internacional –el máximo organismo del ciclismo– que el regreso de la competición no se produciría antes del día 1 de junio, afectando de lleno al Critérium del Dauphiné (31 de mayo-7 de junio), tradicional prueba de preparación para la ronda gala, que oficializaba su aplazamiento. Porque ésta es otra, los corredores necesitan carreras antes de medirse a la madre de todas las carreras a lo largo de tres exigentes semanas. Necesitan mucho más que un rodillo en casa,y de momento siguen confinados en sus hogares, a la espera primero de poder salir a entrenar sobre el asfal- to, antes de medirse con sus colegas de profesión en alguna carrera. Anulada Dauphiné, la siguiente ci- ta que se mantiene en el calendario previa a la ‘Grande Boucle’ es la Vuelta a Suiza, del 7 al 14 de junio.
No hay que olvidar que los corre- dores llevan sin competir casi tres semanas, desde que se suspendiera antes de la conclusión la París-ni- za, el espejo en el que quería mirar- se el Tour de Francia ●