Falta un líder en el fútbol
Primero no cuadraba: ¿cómo se podían acabar las competiciones sin tener una fecha de término de la pandemia? Después ya cuadró: se acaban todas las Ligas y la Champions porque es una pura y simple cuestión de dinero. Quien manda, manda. Pero ayer seis de los últimos siete clubs clasificados en el Calcio italiano se plantaron y dijeron que no querían acabar las competiciones mientras los hospitales estuvieran llenos. Tenían informes de médicos que avalaban el peligro de continuar los partidos. Por otro lado, Aleksander Ceferin, el máximo dirigente de la UEFA, amenazó a Bélgica con excluir a sus clubs después de que la federación belga decidiera unilateralmente cancelar la Liga, aceptar un campeón y no promover ni ascensos ni descensos. El dinero lo había cuadrado casi todo. Hasta ayer.
JUVENTUS Y NÁPOLES, los dos clubs de Champions, no se sumaron a la iniciativa. El tercero, Atalanta, es un caso aparte ya que juega en Bergamo, uno de los centros más afectados por la crisis del Coronavirus. El
Inter no se mojó y Cagliari, Fiorentina (entre los nueve últimos) mostraron su apoyo al igual que el Milan. Fue una rebelión de los clubs de abajo de la tabla (salvo el Milan) avalados por los informes médicos que obran en su poder. Los dirigentes de la Liga italiana se habían postulado para acabar las competiciones. Entre la Liga belga, Ceferin y los clubs italianos revoltosos el fútbol camina por una vía insegura y sin liderazgo.
FALTA UN LÍDER en el mundo del fútbol capaz de aglutinar las diferentes velocidades: la de los clubs más pequeños que viven de los derechos de televisión y la de los tops que necesitan la hospitality, el ticketing, las tiendas y la parte comercial a tope para generar ingresos. Los clubs poderosos mandan por un lado, los que tienen los derechos de las televisiones por otro y las ligas nacionales intentan darle forma a un calendario sin fecha de inicio con las federaciones con capacidad de decisión. Se echa de menos alguien con liderazgo suficiente para llegar a acuerdos ●