Mundo Deportivo

Cuando la máquina del dinero no cumple las expectativ­as

- David Llorens

→ Números en mano, no ha habido en la historia una pelea que pueda compararse a la que Floyd Mayweather Jr. y Manny Pacquiao disputaron en 2015. Ningún enfrentami­ento había despertado tantas expectativ­as ni generado tal volumen de negocio. Por primera vez en mucho tiempo, el pugilismo volvía a ocupar el centro del mundo del deporte tanto en atención mediática como en interés popular. Pero, como suele suceder, cuando las expectativ­as son demasiado altas, el espectácul­o suele quedarse corto.

El enfrentami­ento entre ‘Money’, el invicto púgil estadounid­ense, y el ‘Pacman’ filipino llegó varios años más tarde de lo que debía. Cierto, se trataba de los dos púgiles con mayor carisma y calidad del mundo, pero a ambos les había pasado su cénit y estaban en franco declive. El negocio pesó más que el cuadriláte­ro y que la ambición de hacer historia que, al contrario que ellos, sí habían tenido otros campeones en el pasado.

Hubo un momento, en 2009, que la pelea estuvo a punto de cristaliza­r cuando Mayweather y Pacquiao estaban en la flor de sus carreras y eran unánimemen­te considerad­os los mejores boxeadores ‘libra por libra’ del planeta. Hubo coqueteo por ambas partes pero finalmente un tema formal, el hecho de someterse a controles antidopaje de estándar olímpico que propuso el americano y el asiático rechazó, lo echó todo por tierra; tampoco había acuerdo respecto al reparto de la bolsa y al escenario del combate.

Un camarero, la clave

En 2015 las cosas llegaban demasiado tarde, pero las cifras que se manejaban convertían una pelea deportivam­ente dudosa en un negocio irrenuncia­ble. Y el destino puso la llave que abrió la puerta a este megaevento en manos de un camarero de Hollywood, Gabriel Salvador. En 2014 éste trabajaba en un popular restaurant­e local y presentó a dos de sus clientes: uno era Freddie Roach, entrenador y segundo padre de Manny Pacquiao; el otro era Les Moonves, presidente de la cadena televisiva CBS. A partir de este encuentro casual se construyer­on los cimientos del combate más esperado de la década, que cristaliza­ría un año más tarde.

Todos los superlativ­os llegaron de fuera del ring: 4,6 millones de compras de pago por visión para un total de 410 millones de dólares; sólo 500 de los 16.800 asientos del MGM Grand Garden Arena de Las Vegas se pusieron a la venta, con precios que oscilaron de los 1.500 a los 7.500 $ (se vendieron todos en apenas un minuto); la bolsa estimada –no hay cifras oficiales– que se repartiero­n los púgiles ronda los 300 millones de $, 180 para ‘Money’ y 120 para ‘Pacman’… Dejó de ser un combate de boxeo para convertirs­e en un show, pero menudo show: el actor Jamie Foxx cantó el himno estadounid­ense antes de empezar y la lista de ‘celebritie­s’ asistentes incluyó a Justin Bieber, Andre Agassi, Steffi Graf, Beyoncé, Robert de Niro, Denzel Washington, Donald Trump, Mike Tyson o Leo Dicaprio, entre otros.

Aunque lógicament­e no hay datos oficiales, se considera que es el evento deportivo más pirateado de la historia de Internet. La desmesura llegó a tal punto que el protector bucal de Mayweather, fabricado especialme­nte para la ocasión, costaba 25.000 $.

Luego la realidad golpeó ese espectacul­ar desmadre con toda su crudeza. Se medían dos boxeadores excepciona­les, sí, pero de 38 años Mayweather y de 36 Pacquiao, ya con poca hambre de gloria. Cada uno de ellos se había labrado un lugar propio en la historia, campeón mundial en cinco pesos el primero y en ocho el segundo. Y esta vez, más que la pura ambición deportiva, se trataba de llenar los bolsillos.

Generó tanta atención que por primera vez en mucho tiempo el boxeo volvió a ser nº 1

Movió una cantidad indecente de dinero: el protector bucal de ‘Money’ costó 25.000$

A la hora de pelear cada uno fue fiel a su estilo: ‘Money’, un maestro de la elusión y de la defensa capaz de escabullir­se pegando, y ‘Pacman’, un valiente atacante nato; como suele suceder en esto casos, el primero establece el tablero de juego y el segundo espera tener suerte al lanzar los dados.

Fue un combate sin brillo, que dominó Mayweather con oficio y solvencia, quizá porque era quien más se jugaba puesto que llegaba invicto con 47 victorias y no quería que el filipino mancillara su récord. Luego se supo que Pacquiao se había resentido de una vieja lesión en el hombro en el cuarto ‘round’ y que eso mermó su agresivida­d. Triunfo claro y unánime de Floyd Mayweather a los puntos tras 12 asaltos y aquella inevitable sensación entre el público de “pues tampoco había para tanto” ●

 ??  ?? Pacquiao golpea a Mayweather en un lance del combate. Pese a la imagen, el filipino fue netamente inferior a su elusivo oponente
Pacquiao golpea a Mayweather en un lance del combate. Pese a la imagen, el filipino fue netamente inferior a su elusivo oponente
 ??  ?? Floyd Mayweather se embolsó 180 ‘kilos’ y Manny Pacquiao un tercio menos, unos 120
Floyd Mayweather se embolsó 180 ‘kilos’ y Manny Pacquiao un tercio menos, unos 120
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