EL BARÇA, EN PRIMERA LÍNEA CONTRA EL CORONAVIRUS
→ Miembros de las secciones amateurs del club cuentan en primera persona su experiencia in situ → Dos médicos, un enfermero de ambulancia y un voluntario de la Cruz Roja no paran
→ La actividad deportiva en Can Barça paró el 13 de marzo, los deportistas profesionales siguen entrenando en casa pero algunos miembros de las secciones amateurs del club pelean cada día contra la expansión del coronavirus en primera línea. Uno es enfermero y técnico de ambulancias en Valencia, otro es doctor de urgencias en el Hospital de Sant Pau de Barcelona, otro es médico de urgencia pero en la Terminal 1 del aeropuerto de El Prat y todo un subcampeón de Europa juvenil de 400 metros vallas es voluntario de la Cruz Roja. El virus ataca por donde sea. Por eso, el aplauso de cada día a la 20 h. también va para ellos.
De los cuatro, Leopoldo Higa es quien más tiempo lleva vinculado al Barça. Nacido en Salta (Argentina), entró en el rugby azulgrana en febrero de 1998 a los tres meses de llegar a Barcelona. Estuvo en el Senior, fue al Oviedo, luego al Tenerife mientras se preparaba para el MIR y regresó al Barça hasta retirarse en 2011. Hoy es uno de los entrenadores del Sub-18 azulgrana. “Los valores del rugby son enormes. Es difícil dejarlo”, afirma, mientras los aplica a la vida real. Desde 2005 ejerce como doctor en Sant Pau, donde es Coordinador de Residentes de Medicina Familiar y Comunitaria. Las últimas semanas están siendo duras. “Me gusta estar en primera línea en Urgencias. Es para lo que me formé pero nunca esperé vivir esto, con un volumen de pacientes y una complejidad tan elevados”, destaca. Leopoldo incide en “la gran sintonía con el equipo de trabajo donde el de al lado te da fuerzas para atender a los pacientes sin perder la calidad asistencial”. En este sentido, remarca que “es duro saber que no te pueden visitar y por ello debemos poner más de nuestra parte para que todo sea más humano y no perdamos el norte. Todos hacemos de más ayudando con la tecnología y las videollamadas a las familias. Nos emocionamos cada día y aquí todos tiramos del carro de forma inconmensurable: médicos, enfer
LEOPOLDO HIGA
Me formé para estar en Urgencias pero nunca esperé esto. Todos tiramos del carro para que sea más humano y ayudamos a las familias a comunicarse con la tecnología
DAMIÀ ROYO ‘Tuneamos’ máscaras integrales de buceo con tubos para taparnos pómulos y frente”
PEDRO ARGUDÍN
En el aeropuerto atendí hace semanas a gente con mucha tos y fiebre. Ahora ha bajado todo”
ALEIX PORRAS Ordeno y reparto comida a familias y gente vulnerable”
meros, técnicos sanitarios, psicólogos, personal de limpieza y estudiantes de Medicina, que están haciendo unas prácticas de altísimo nivel. Todo el Hospital pone de su parte y hay trabajadores que viven lejos que pueden quedarse en hoteles si deben alargar su jornada y descansar lo más cerca posible”. Y envía su consejo para todos: “Quedarse en casa es vigilar por uno mismo y por el prójimo”.
En otro eslabón de la cadena está Damià Royo, asistente de Einar Meyerson en el Sub-10 culé de hockey hielo y jefe de mesa de los partidos del Senior. Entre semana trabaja en Valencia en una ambulancia. Con cursos y masters de socorrismo, rescate en montaña y playa y médico de Enfermería Militar, ha atendido de todo, desde atropellos en el metro, amputaciones e infartos. “Ahora los turnos de 24 horas y cinco días de descanso han pasado a 48 y ocho días libres para hacer más larga la cuarentena ya que podemos contraer el virus”, señala antes de recordar: “Tratamos a todos los pacientes como si fueran positivos en cualquier actuación aunque sea un infarto. Hay mucha cautela en no contagiarnos. Por eso, no nos basta con la mascarilla normal. Estamos comprando y ‘tuneando’ máscaras integrales de buceo con tubos añadidos para taparnos además pómulos y frente. Nos tosen a la cara. Hacemos de voluntariado y las entregamos a ambulancias”. Damià ha visto bajar los servicios en Valencia aunque “en Barcelona van a 10 o 12 servicios al día a menos de una hora por paciente. Es una locura”.
Vocacional es también la profesión de Pedro Argudín, que sigue en activo con 72 años “y mente y cuerpo de 55” en Urgencias de la T1 dejando de lado estas semanas su asistencia en los partidos de hockey hielo en la Pista de Gel del Barça desde 2006, donde los traumatismos y conmociones cerebrales son frecuentes. Llegó hace casi 15 años a Barcelona y tiene dos hijos catalanes, Juli y Nyala. Llamado a filas por el ejército cubano, estuvo un año en combate en 1976 en la guerra de Angola siendo condecorado: “No era aún especialista en Cirugía pero tuve que amputar mucho”. Trabajó además en Argelia, Zambia, donde sufrió la expansión del SIDA, Kenya, ya contratado por Cruz Roja Internacional, y Sudán. “Cuando el Covid-19 llegue a África será un drama. Las condiciones no son las de aquí”, avisa. En El Prat ha bajado la actividad. “A veces debo subir a los aviones por ictus o infartos. El otro día no vino nadie en 16 horas de guardia pero semanas antes recibimos con mascarilla, doble par de guantes y gafas a viajeros o trabajadores con síntomas: mucha tos y fiebre de días. Y seguimos con la protección aunque alguien se haya roto un tobillo. Pueden ser asintomáticos”, advierte.
Por último, Aleix Porras, de 20 años y en la sección de atletismo del FC Barcelona desde los 15, ha debido detener sus entrenamientos en pista por la crisis del coronavirus para ejercer como voluntario de la Cruz Roja, donde lleva ya dos años. Plata en el Campeonato de Europa juvenil de 2016, donde batió el récord continental en 400 metros vallas, fue sexto el año pasado en el Europeo Sub-23. También compite en el relevo 4x400. Cuando surgió la pandemia del Covid-19, no se lo pensó: “He hecho otros voluntariados y ahora necesitaban gente y me apunté. Estoy en Lleida ordenando y repartiendo comida a familias y gente vulnerable y transporto alimentos a pabellones para los sin techo”, explica ●