Braithwaite puede ser un Larsson
Hay de celebrar, de entrada, que por fin después de tres meses podamos hablar de fútbol y no especular con el fútbol. Volvió la Liga, volvieron los partidos que nos resultan más familiares y ya podemos enzarzarnos en comentar la jugada, sin tener que hacer cábalas sobre cómo será esto o aquello. Ahora ya sabemos lo que es y, aunque no sea exactamente nuestro entretenimiento favorito de siempre, el que conocimos desde críos, nos pone de momento sentados en el sofá mientras no podamos hacerlo en la grada.
La jornada en que nos hemos reenganchado a la Liga nos confirma que Messi sigue siendo Messi y que el Barça y el Madrid fueron más eficaces que brillantes. Los dos equipos que se jugarán la Liga resolvieron con marcadores claros, pero a la vez concedieron más oportunidades de lo que deberían a rivales de la zona baja de la clasificación, Mallorca y Eibar. Al final, el Barça fue más resolutivo que el Madrid, porque uno ganó 0-4 fuera de casa y el otro 3-1 en casa. En general, hubo más efectividad que espectáculo.
En el análisis colectivo, como antes de la pandemia, tanto a culés como a merengues les faltó más control de partido. Por decirlo de alguna manera, hace ocho años el Barça igual no habría ganado 0-4, pero su dominio de la situación habría sido incontestable.
En el análisis individual, el repaso deja mejor a unos que a otros. Ya van doce años con Messi metiendo más de 20 goles en la Liga, algo que te da la dimensión del jugador que es: tres meses sin pisar la hierba y el día que vuelve marca un gol y regala dos. Aunque me habría gustado que Messi hubiera hecho los cuatro para amarrar aún más otro Pichichi, me parece una buena señal para el Barça que se animen otros a acompañarle, como Arturo Vidal, Braithwaite y Jordi Alba. Todos ellos, de acuerdo con su estilo, hicieron muy buen partido. El chileno hace lo que le pide el cuerpo, sin manías, buscando siempre el área, y eso en un Barça a veces recreado en hacer simplemente lo correcto sienta muy bien. El danés llega con hambre a un grande, reto que a estas alturas ya no esperaba y, a su manera, puede ser un Larsson, de esos delanteros desacomplejados que, sin ser titulares, ayudan mucho por cómo se implican durante el rato que le den. Me gustó. Y Alba, que no jugará ante el Leganés, le vi con el filo atacante ‘esmolat’. Notable la labor de Araujo, que hizo lo que toca en un defensa, defender, y muy prometedor primer rato de Luis Suárez desde enero. Le vi fino y enchufado. Si lo confirma, será una bendición para el Barça en este tramo final.
Esto, en cuanto a los que fueron para nota alta. Quedan partidos para que otros les sigan en su afán por ser más determinantes. Griezmann tiene que dar más, está claro. Y Frenkie de Jong, también. Me da la sensación de que se autolimita. Es bonito de ver, es elegante y, como es bueno, falla poco, pero el Barça pide más, pide riesgo. Y con la visión y el chut que tiene, el holandés puede dar y marcar más goles. Con gente como Vidal al lado, que distrae al rival, tiene que atreverse y ser más vertical. Un jugador de su calidad debe cumplir con el ‘abecé’ de lo que le pida el entrenador, pero la ‘D’ ya es cosa suya. Y, si puede, acabar con todo el abecedario. Que no se conforme con el 7, tiene que ir a por el 9 de nota. Recuerdo a
Laudrup cómo en los Barça-madrid le decíamos dos cositas tácticas y ya está: “Tú atrás ponte de forma que Milla no reciba; delante haz lo que quieras”. En ataque manda el espíritulibre ●