Ansu y Riqui levantarían a la afición
Anoche no marcó el Barça, como en Mallorca, en el minuto de silencio. De hecho, en el parón para beber agua, en el minuto 30, el equipo de Setién no había rematado a portería del farolillo rojo de la Liga. Tampoco había provocado ni un solo córner. Tenía todo el balón, no miraba a portería y las dos grandes ocasiones fueron del Leganés. Sólo Lenglet y el poste salvaron al equipo de una situación de estado de alarma culé. En este Barça lento, y sin el aliento del público, sólo faltaba que Rakitic y Arthur sacaran su manual de pase fácil, predecible y cansino. En un equipo donde nadie encara (a excepción de Messi), donde nadie dribla (a excepción de Messi) y sin cambio de ritmo (a excepción de Messi y Ansu), si los interiores no tienen intención dañina, se le ponen muy fácil las cosas a la telaraña rival. Añoramos a Arturo Vidal ya De
Jong, reservados para Sevilla.
En el primer tiempo, el Barça desafinó en la noche que, en el Camp Nou, lo mejor fueron los violoncelistas del Liceu interpretando ‘el cant dels ocells’ en homenaje a las víctimas del coronavirus. Y entonces, en una noche que empezaba a pintar mal, Junior luchó por un balón repetidamente, hasta llevárselo, se la dio a Ansu Fati y ahí el jovencísimo delantero demostró porqué el United está dispuesto a pagar esos 150 millones de euros por él. Y, naturalmente, Quique Setién mandó a la ducha a Ansu, el mejor del equipo, para meter a un Suárez que demuestra que necesita minutos. Eso sí, con 2-0, el entrenador cántabro metió por fin a Riqui Puig. 20 minutos para el espectáculo. Alguien con desparpajo, alegría y verticalidad. Es un placer verle con el balón en los pies. Parece mentira que sea la quinta o sexta opción para un puesto en el centro del campo.
El míster no para de decir que los jóvenes tienen que demostrar más para ganarse las oportunidades. ¿Más que quién? Anoche Ansu Fati y Riqui Puig fueron los mejores, pero todos sabemos que en Sevilla difícilmente vamos a verle el pelo.
Claro que todo es tan raro, que Setién le privó a Braitwhaite la ocasión de marcar un gol a su exequipo, y que el protocolo de Tebas le prohibió a Guillermo
Amor, director de relaciones institucionales del Barça, entrar al palco y asistir al Camp Nou.
El calendario, tras el confinamiento, no podía ser mejor para el Barcelona. En esta especie de pretemporada tan insólita como la que se ha vivido, ha jugado contra dos equipos en los puestos de descenso. 6 puntos. 6 goles a favor, ninguno en contra. Ahora tocará Sevilla, equipo de zona Champions