Horizontales y sin remate en Sevilla
→ Sólo 193 de los 722 pases fueron hacia adelante y Messi, Suárez y Rakitic fueron los únicos que dispararon
→ El Barça de Quique Setién comenzó siendo el de los mil pases en su estreno ante el Granada (1-0) el 19 de enero, un dato que se valoró porque el equipo azulgrana y el nuevo ‘staff’ técnico mostraban una voluntad de recuperar el dominio de los partidos mediante la posesión y el toque, acorralando y sometiendo al rival. Ya se observó una falta de profundidad, con pocas ocasiones, pero era el primer día y se entendió que ese acelerón en los metros finales iba a llegar con el tiempo. Sin embargo, han pasado los partidos, algunos mejores que otros, pero en general ese cambio de ritmo en ataque no se ha producido. El último ejemplo, el viernes en Sevilla (0-0).
En el Sánchez Pizjuán, según datos de Opta, el Barça dio 722 pases, con un 88 por ciento de acierto y un 64,1 por ciento de posesión. Tiene mérito porque el Sevilla es un equipo que con Julen Lopetegui también sabe tocar y controlar, pero se quedó con 387 pases y un 35,9 por ciento de posesión.
Sin embargo, sólo 193 de esos 722 pases fueron hacia adelante, confirmación de que el Barça no sabe muy bien qué hacer con el balón en campo contrario, abusando del pase horizontal cuando el rival está bien replegado. Además, ese buen toque tampoco se transformó en ocasiones, con poca iniciativa de los jugadores a probar el disparo desde fuera del área o a intentar desequilibrar en el uno contra uno para encontrar un hueco para el lanzamiento.
Teniendo en cuenta que el Barça jugó en campo contrario durante muchos minutos, especialmente
Leo sí apuntó bien tres faltas entre palos y la mejor ocasión de Luis Suárez se fue alta
la primera media hora y el último cuarto de hora, puede ser alarmante que sólo tres jugadores intentaran el disparo: Messi, Luis Suárez y Rakitic. Y de ellos, sólo Leo, y de falta desde fuera del área en tres ocasiones, apuntó bien entre los tres palos. Una la sacó Koundé bajo palos y dos las paró Vaclik. El único tiro de Rakitic, desde la frontal, se marchó fuera y de los cinco remates de Luis Suárez, uno fue manso a las manos del portero, otro salió alto y tres acabaron bloqueados por defensas.
Es significativo que el Barça centrara diez veces al área en jugada en la segunda parte por sólo dos en la primera, tanto como que ninguno de esos pases encontrara rematador. El equipo acabó recurriendo a un registro que ni domina ni ejecuta bien. Sin el lesionado Dembélé, un jugador que sería clave por su verticalidad en estas situaciones, Ansu Fati se quedó en el banquillo y Riqui Puig apareció en los minutos finales. Son los tres jugadores con más capacidad para desbordar en este Barça, al margen de Messi. Otros tienen excelentes cualidades, pero menos imaginación con el balón ●