Mundo Deportivo

Escapó de la muerte para hacer historia

Zanardi, una filosofía de vida para no rendirse jamás

- Fabio Marchi

15 de septiembre de 2001. Alex Zanardi era declarado muerto durante 2 minutos. Había sufrido 7 paradas cardíacas en el helicópter­o que le trasladaba al hospital tras recibir un tremendo impacto de otro coche que iba a más de 340 km/h en la carrera que la CART realizaba en el Euro Speedway de Lausitz. Tan solo le quedaba poco más de un litro de sangre en el cuerpo. Su corazón se paró por unos instantes. Pero el italiano, que a la par que optimista y luchador es un enorme tozudo, no dio su brazo a torcer ante la muerte. Volvió a nacer. Alex, (Bologna, 23 de octubre de 1966) volvía empezar. En su anterior vida había sido ex piloto de F1 (del 1991 al 94 y regresando en 1999) y doble campeón de las CART americanas. Pero 34 años después, ponía el contador a cero.

“Cuando me desperté sin piernas miré la mitad que quedaba, no la mitad que había perdido”, dijo Zanardi respecto al momento en el que abrió los ojos por primera vez tras el accidente, después de 3 días en coma. El enorme optimismo que paseaba por los circuitos le seguía acompañand­o pese a todo. Recordó entonces una frase de su padre. “Aprovecha cada día como una nueva oportunida­d para añadir algo a tu pasión y lentamente las cosas sucederán”. Y así lo hizo. Lejos de hundirse, se impulsó por su propia filosofía de vida.

“Cuando llegas a casa como un perdedor debes tratar de encontrar una nueva oportunida­d. Tenía dos opciones: renunciar o tratar de apasionarm­e por un nuevo proyecto. Elegí la segunda porque entendí que en el deporte lo mejor es trabajar en el proyecto más que en lograr metas. Hoy soy una persona muy feliz, muy feliz de decir que el accidente fue la cosa más bonita que me podía haber pasado”.

No se trata de una simple reflexión. Más bien de una certeza. Su convicción. “Si no hubiera tenido el accidente en el que perdí las piernas, ahora no sería tan feliz”, ha repetido en muchas ocasiones, consciente de que gran parte del mérito de su progreso personal está en el deporte: “Siempre vale la pena vivir y el deporte ofrece posibilida­des increíbles para mejorar la vida y enmotivaci­ones”.

El deporte fue su bálsamo, su método de reconversi­ón, su mejor aliado junto a una mente sin límites. “Uno puede drogarse de cosas buenas, y una de ellas es sin duda el deporte”, exclamó una vez.

El secreto de “endulzar la vida”

Siguió los consejos de su padre y entendió que debía disfrutar de todo lo que hiciera, algo que de por sí solo tenía que llevarle a conseguir sus propias hazañas. Metas como consecuenc­ia y no como fin. “Entendí que el secreto para vivir bien es disfrutar del camino, porque cuando cruzas la línea de meta se acaba”.

Así es como Zanardi, dos años después de su accidente, volvió al mismo trazado alemán y completó las 13 vueltas de carrera que le quedaban en aquella maldita carrera, esta vez, con un coche adaptado. Cerraba con este homenaje su vieja vida y empezaba otra. 6 años después de perder las piernas disputaba la maratón de Nueva York en ‘handbike’, prueba que ganó en 2011 en dicha especialid­ad. En 2012 ganaba en los Juegos Paralímpic­os la primera de su 4 medallas, con el doble de edad que sus rivales. E incluso supecontra­r ró en 2019 su propio récord mundial en Ironman.

Volvió a competir al máximo nivel en Monza en 2004 en una cita del Campeonato de Europa de Turismos, y posteriorm­ente, en el Mundial de Turismos de 2005 a 2009. En su año de debut en este certamen, en 2005, volvió a ganar una carrera. En 2006 pilotó un F1 adaptado, en 2014 estuvo en las Blancpain, y en 2018, ya con 51 años, debutó en el prestigios­o DTM con una sorprenden­te quinta posición en la segunda manga disputada en Misano. Pero no se quedó ahí. Perfeccion­ó su volante para enfrentars­e a las míticas 24 Horas de Daytona en 2019, cita en la que coincidió con Fernando Alonso. “¿De dónde saco toda esta fuerza? Muchas personas creen que ya lo han dado todo y aún no han sacado a la luz todo su potencial”, exclamó en una ocasión como explicació­n a todos sus logros.

“No he querido demostrarl­e nada a nadie, el desafío era solo conmigo mismo, pero si mi ejemplo sirve para llenar de confianza a alguien más, mejor aún”, también reiteró el boloñés. Vaya si lo ha sido. Ejemplo de no rendirse. Y es que como muy bien dice el propio Alessandro, “incluso la peor de tus derrotas puede convertirs­e en tu mayor victoria”. Pero hay que moverse: “La vida es como el café: puedes poner todo el azúcar que quieras, pero si quieres endulzarlo debes girar la cuchara”. Hay que luchar, como lo ha hecho él y como lo sigue haciendo para recuperar su ‘segunda vida’, o posiblemen­te para empezar una tercera con otros retos. Siempre con una sonrisa. Su mejor insignia ●

“Si no hubiera tenido el accidente en el que perdí las piernas no sería tan feliz”, dijo

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FOTO: GETTY Alex perdió las piernas tras una fuerte colisión en una carrera de las CART en 2001 y encontró en el deporte su gran motivación
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 ?? AP/GETTY/EFE ?? La vida de Zanardi, marcada por la fatalidad desde el accidente en el que perdió sus dos piernas
AP/GETTY/EFE La vida de Zanardi, marcada por la fatalidad desde el accidente en el que perdió sus dos piernas
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