Mundo Deportivo

Un doblete genial que acaba siendo estéril

El ‘10’ inventó un antídoto para el plan anti-faltas con el ‘9’ de socio, a quien asistió también en el 1-2

- Sergi Solé

→ Nada le sale a este Barça hasta el punto de que un doblete de un gran Luis Suárez no le sirve para ganar. Por primera vez en seis temporadas como azulgrana, no celebró el triunfo después de haber repetido ante el marco rival. Con Leo Messi como asistente por partida doble, el uruguayo se reencontró con el gol cinco meses y medio después de aquella noche aciaga en Arabia Saudí con tanto, derrota ante el Atlético de Madrid en la Supercopa y lesión para acabar en el quirófano. ‘Luisito’ pudo salir eufórico de Balaídos, como Messi, que celebró como un loco el 0-1, fabricado en su privilegia­do cerebro. Pero ambos acabaron frustrados por otro empate que perjudica las opciones de conquistar la novena Liga en 12 años.

Y eso que todo parecía encarado tras el majestuoso 0-1. Tres hombres en la barrera, uno más abierto a la izquierda, cuatro más retrasados delante del portero y dos en la línea de gol. Òscar Garcia se sumó a los planes de los equipos rivales para impedir que Messi marque de falta pero el genio inventó un antídoto para la vacuna del Celta, último equipo al que el ‘10’ ha batido de libre directo en el 4-1 culé de la primera vuelta. Los locales cometieron el grave error de dejar solo a Suárez junto al palo largo en el área pequeña. Messi habló con él mientras el los gallegos organizaba­n su estrategia y gestó una obra maestra con su amigo como socio. Cuando todos esperaban el golpeo de Leo, de su pie izquierdo nació una suave parábola hacia Luis, que solo tuvo que enviar de cabeza el cuero a la red sin oposición. Fue un ‘alley-oop’ futbolísti­co, inédito aún en el catálogo de asistencia­s del rosarino, ya por las 252 como azulgrana con la del 1-2.

Como el penalti indirecto

El Celta revivió otra genialidad de Messi, que en la Liga 2015-16 resucitó el penalti indirecto un mes antes de fallecer el ‘flaco’. En un partido que acabó con 6-1, Leo ejecutó la pena máxima haciendo un pase al lado que iba para Neymar y que Suárez, voraz y ajeno a la historia, aprovechó para empujar el cuero a la red. Esta vez sí estaba ensayado. De ahí los brincos de Messi por haber destrozado la pizarra viguesa y a la vez por contribuir a que Suárez volviera a ver puerta. No lo había hecho en los cuatro partidos tras el reinicio liguero.

Leo dispuso luego de una ocasión clara pero su rosca con la zurda se fue alta. Picado en su orgullo, Leo incluso buscó su primer gol olímpico pero Rubén Blanco adivinó su intención antes de un segundo tiempo en que Messi pudo ser objeto de un penalti y en que su sociedad con Suárez apareció para rescatar al Barça cuando el Celta había igualado y amenazaba con más. Fue Semedo quien robó una bola a Denis Suárez para llevar la al área y ahí, entre Luis y Leo se encargaron de generar el 1-2. El ‘10’ la peleó y el ‘9’ protegió el cuero con el cuerpo ante Nestor Araujo y remató a la media vuelta con una puntera precisa con la zurda.

A un gol de Kubala

Titular por tercer duelo seguido, el charrúa se libró de la quinta amarilla que la habría dejado sin poder medirse al Atlético, firmó así su 13º tanto liguero y se situó a uno de los 194 de Kubala, tercer máximo artillero del club, pero suplido por Griezmann, vio con impotencia junto a Messi, el 2-2 final de Aspas ●

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FOTO: GETTY Euforia tras el 0-1 de Luis Suárez tras una falta de Leo Messi que sirvió hacia el área pequeña. Allí, libre de marca, el uruguayo batió a puerta vacía con Rubén Blanco

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