La gran oportunidad de la Vuelta a Burgos
→ En un mes vuelve el ciclismo con la mejor edición de la historia de la prueba castellana
→ Reconoce que le cuesta dormir, que siente una gran presión sobre los hombros y que la responsabilidad a la que tiene que hacer frente es mayúscula, y no será porque a sus 65 años Marcos Moral no haya acreditado una solvencia más que demostrada en la Vuelta a Burgos y en el mundo del ciclismo. Pero sabe que más de medio mundo pondrá su mirada en la prueba castellana justo de aquí a un mes, en el regreso de la competición tras el parón de mediados del pasado mes de marzo por culpa del coronavirus, en una edición de la carrera que se espera sea espectacular. Los grandes equipos, los corredores ilustres y no tan ilustres, necesitan empezar a acumular kilómetros de competición en sus piernas, sobre todo por lo comprimida y exigente que va a quedar la temporada de ciclismo en su regreso. Basta decir que, por ejemplo, en sus últimas ediciones la Vuelta a Burgos ha contado con 18 equipos (2019) y 15 (2018), cuando este año se van a desbordar las previsiones más optimistas. “Nos pidieron venir 36 equipos. Hemos llegado a salir con cuatro equipos World Tour y este año saldremos con 14, el máximo que nos autoriza el reglamento de la UCI dada nuestra categoría Pro Series”, explica a MD Marcos Moral.
Cualquier otro director estaría encantado con una Vuelta de tal calibre, pero Moral, en un ejercicio ce sinceridad y honestidad, deja claro que “va a ser una Vuelta extraordinaria, pero el precio es muy caro. Supone mucha responsabilidad por lo que significa para todo el mundo. Todos quieren venir. Será una Vuelta a Burgos histórica y muy especial por las circunstancias. La historia del ciclismo sanitario lo vamos a escribir nosotros”, asegura.
Lo cierto es que cuando todos los organizadores empezaron a suspender carreras, la Diputación de Burgos, la organizadora de la carrera, mantuvo la calma y al final ha salido ganando, apostando por un evento deportivo que es el mejor escaparate publicitario de Burgos y todo un dinamizador de la economía local. Por ello, la Vuelta a Burgos, que tiene un presupuesto de 700.000 euros, quiere como en ella es habitual que su carrera llegue al mayor número de hogares. Es probable que se pueda seguir de nuevo por Teledeporte y se está trabajando para dar las salidas de etapa por streaming. “Empezamos granito a granito. El año pasado ya llegamos a
Inglaterra, Norteamérica, Sudamérica, Europa central, Francia o Alemania”.
Los ciclistas, con mascarilla
El Consejo Superior de Deportes (CSD) ya ha dado el visto bueno a la realización de una carrera que va a extremar las medidas de seguridad e higiene ante la amenaza del coronavirus y que no se va a disputar a puerta cerrada. “Sí, habrá publico, pero controlado. En el paso de los corredores por las carreteras el riesgo es menor. Estamos preparados para evitar los puntos más calientes con los aficionados como los avituallamientos, y apelamos a la responsabilidad de los ciclistas y del público. Vamos a hacer aforos controlados y tenemos estipulado que el corredor hasta que no se levanta la bandera irá con mascarilla. En el podio, por ejemplo, hay un protocolo de la UCI de no contacto, pero sí de dar imagen. Los corredores no se cruzarán. Las salidas y las llegadas serán desinfectadas por los ayuntamientos. Tenemos que dar una imagen perfecta. No es una Vuelta ciclista, es una vuelta de concienciación y tenemos que demostrar lo que somos”.
Y los primeros que tienen que dar ejemplo son los ciclistas, que competirán por primera vez tras el desconfinamiento. Moral se muestra cauto y convencido que todo saldrá bien. “El protocolo de la UCI dice que los propios equipos vendrán a la Vuelta con su médico y con los controles hechos. Al ser una carrera de menos de diez días, es suficiente con que se hayan hecho los controles tres días antes . Se tomará la temperatura a todos y lo haremos cuando suban al control de firmas”.
No puede fallar nada y tanto Mar- cos como su equipo saben que, aun- que no les guste y no tendría que ha- ber sido así, están ante una gran oportunidad para seguir creciendo y aspirar a una categoría mayor. Puede que alguien le sorprenda, pe- ro la Vuelta a Burgos ya llamó en su día a la puerta World Tour, pero pe- se a pagar los 10.000 francos suizos de rigor, su candidatura fue desesti- mada a última hora. A la pregunta de si les haría ilusión jugar en la Champions del ciclismo, el director de la prueba no se esconde: “¡Claro!, porque ahí está el nivel de la Vuelta a Burgos en la organización desde hace 40 años. Han sido 40 años inta- chables y hemos luchado siempre por hacer bien las cosas”.
Por todo ello, y pese a que aún fal- ta un mes, Moral reconoce que “me siento muy presionado, la Vuelta no me deja dormir. Ser director de la Vuelta a Burgos es un cargo de de- masiada responsabilidad, por la si- tuación de este año y por todo”. A su favor, el apoyo de la Diputación, de todas las instituciones y de Unipublic, de La Vuelta, y el hecho de que la carrera sólo sea de cinco etapas.
Después, Marcos ya tendrá tiem- po de pensar en las salidas en bici que le gustaba hacer, siempre en so- litario y por carreteras poco transi- tadas, buscando la paz interior ●
”Va a ser una Vuelta extraordinaria, histórica, pero el precio es muy caro”