Ramos y Piqué, como síntoma
→ El azulgrana suma 6 tarjetas más que el madridista pese a haber cometido 16 faltas menos; Gerard lleva 4 por protestar, Sergio ninguna
→ A Gerard Piqué (33 años) se le conoce desde hace años de forma coloquial como ‘Piquenbauer’. Es un apelativo elogioso que se empezó a usar con él cuando, en sus inicios en el Barça, se destapó de forma inesperada como un defensa central con tanta personalidad y tanta clase como para marcar una época, en la línea de lo que hizo el legendario Franz Beckenbauer. El ‘Kaiser’ destacó por su técnica depurada y por su elegancia en el Bayern y en la selección alemana.
Otro central de categoría mundial, Sergio Ramos (34), se asocia desde sus inicios en el Sevilla como lateral derecho con la fuerza, la raza, la potencia, también la agresividad. El de Camas es un defensa de esos que marcan la línea a los rivales, de los que no se cortan cuando van al contacto, de los que no rehúyen la refriega y la tangana. No hace falta recordar episodios ya conocidos. Y es un grandísimo central, como ha demostrado en el Real Madrid y en la selección española. Pero va a siempre al límite, en el juego y ante las decisiones arbitrales.
Con este escenario de fondo, sorprende la estadística de tarjetas de la actual edición de la Liga. Y es que el defensa más amonestado del torneo es aquel al que se comparaba con Beckenbauer: Gerard Piqué.
Ya ha visto el central del Barça 14 tarjetas, con lo que está a punto de entrar en su tercer ciclo de sanciones, a la que vea la siguiente cartulina. Todo ello tras habérsele pitado 30 faltas. De las 14 amonestaciones, 4 las vio por protestar.
Más abajo en la lista de amonestados está Ramos, curiosamente. El contundente defensa madridista, pese a haberle pitado los árbitros 46 faltas sólo ha visto 8 tarjetas. Y ninguna por protestar, circunstancia curiosa porque el sevillano no es de los que se callan ante los colegiados. Son datos, cifras, estadísticas, nada más. Pero sorprende que el fino estilista lleve seis tarjetas más que el duro fajador. Raro ●