SOBREVIVE EL BARCA
Era un derbi letal para los dos equipos y sólo los azulgrana salieron vivos Sufriendo mucho, el conjunto de Setién mantuvo el pulso y mandó al Espanyol a Segunda Suárez ejerció de ‘killer’ y deshizo el embrollo en que estaba el Barça en su única aportac
Rozando el drama, pero el Barça mantiene las constantes vitales en la Liga. Por los pelos. Ganó sufriendo mucho a un Espanyol a la desesperada, cediendo córners y poniendo a Araujo como tercer central para defender a balón parado a un equipo que ya había certificado su descenso cuando Luis Suárez, en su única pero valiosísima aportación, decidió el partido. Un derbi por la supervivencia y con dos expulsiones, una por bando. Ansu Fati vio la roja por entrar con los tacos por delante en una disputa del balón y, casi inmediatamente, Pol Lozano equilibró la balanza. El Espanyol se va a Segunda en el Camp Nou pese a ofrecer una imagen más que buena, crear ocasiones e incluso mandar un balón al palo.
El Barça dejó escapar parte de las buenas sensaciones recolectadas en Villarreal. Sufrió mucho en todas las facetas. Le costó doblegar a los blanquiazules al principio y no pudo mantener el control al final, con el marcador a favor, cediendo opciones a sus rivales a la espalda de la defensa.
La acumulación inicial de gente atrás por parte del Espanyol, con cinco defensas y tres centrocampistas por delante, cerró por completo las vías por las cuales el Barça pudiese maniobrar. La nueva pizarra de Setién, con Messi de mediapunta, Griezmann por la derecha y Suárez por la izquierda, con las bandas para las subidas de los laterales, no fabricó los espacios que en Villarreal le permitieron resolver ya en la primera parte. Todo lo contrario.
El Espanyol, a la contra
El 5-3-1-1 del Espanyol confió en las contras de Embarba y Raúl de Tomás. Rondó el gol en un pase largo y muy preciso de Marc Roca a Embarba, cuyo remate fue repelido por Ter Stegen, en el primer aviso de un Espanyol que trató de imponer el guión y lo consiguió. Otro chut de Roca fue desviado por Piqué.
Ganas no le faltaron al Barça, pero ese embotellamiento acabó por anular casi todas sus acciones. Las mejores ocasiones llegaron en un intento de córner directo por parte de Messi que Diego López rechazó y en un lanzamiento de falta directa de Leo, fuera por poco. Aparte de un pase de Griezmann a Suárez, que no acertó a rematar, el Barça no encontró por dónde entrar.
Antes del descanso, en cambio, el Espanyol volvió a avisar muy seriamente y perdonó el 0-1, en una contra en la que pilló a los azulgranas completamente descolocados. Entre Lenglet y Ter Stegen rechazaron, con carambola incluida, el centro de Dídac Vilà, y el remate posterior del lateral se marchó fuera tras dar en el poste.
Tras la escasez de claridad de la primera parte, Setién buscó el revulsivo Ansu Fati. Duró tres minutos: una entrada con la plancha por delante en una pugna de un balón con Calero hizo que Munuera Montero, que primero le había mostrado la tarjeta amarilla, reconsiderase su decisión a instancias del VAR y expulsase al joven crack. Y, cuatro minutos después, jugada idéntica, esta vez con el también joven Pol Lozano por una plancha a la tibia de Piqué. También con VAR.
Impelido por la necesidad de ganar, ya que el empate no le valía, toda la ventaja del Espanyol se esfumó. Casi a continuación, Luis
Suárez, inédito hasta ese momento, recogió un rechace de Cabrera tras remate de Messi con pase de tacón de Griezmann (casi cambian los papeles de Villarreal) y marcó el gol. Es lo que tiene ser un ‘killer’.
Otro escenario y otro partido. El Espanyol dispuso un 4-3-1-1 tras la entrada de Darder para buscar la portería de Ter Stegen. Y el 4-2-3-1 que había planteado Setién se quedó en un 4-3-2. Diego López evitó el segundo del Barça en un gran remate de Messi y dio vida al Espanyol, que casi empata en una doble acción de Raúl de Tomás: Sergi Roberto envió la primera a córner y Piqué, de cabeza, la segunda.
No batió tampoco a Ter Stegen en un nuevo intento en el último achuchón de un Espanyol desahuciado, cuando el Barça se mostraba incapaz de mantener el control del partido: acabó encerrado en el área. Hay constantes vitales en la Liga, pero son muy débiles ●