Carlos, víctima de un error ajeno
→ Su parada en boxes fue de 7,2”, una eternidad
→ Carlos Sainz partía por primera vez en su carrera en la tercera posición de parrilla y muchos aficionados tiraban de calculadora para ver hasta dónde podía llegar, más aún cuando por la mañana decía que iba a pasar al ataque y que si veía opción le iba a meter la rueda a Verstappen y Hamilton, que partían delante. Las esperanzas se mantenían en todo lo alto cuando en las primeras vueltas Sainz era capaz de mantener el tipo. Bottas con su Mercedes le superaba en la vuelta 6, pero él seguía teniendo las opciones de luchar por ser el mejor de la zona media e incluso bajar a algún rival de la zona noble. Unas aspiraciones que se venían abajo en la parada en boxes de la vuelta 33, cuando en el cambio de ruedas un error de su equipo le iba a salir muy caro. La parada del pit stop se demoraba hasta los 7,2” segundos, cuando Stroll o Bottas tardaban 3,2” y 2,3” segundos, por los 2,1” de Verstappen en el giro 61. En las imágenes de televisión se veía como el mecánico encargado de colocar la rueda trasera izquierda resoplaba, sabedor de lo que se estaba demorando. Resultado de este retraso fue que Sainz volviera a pista el 13º, acabando el 9º.
La decepción se reflejaba en las palabras del madrileño. “Después de un pit stop tan malo he tenido que salir con tráfico, teniendo que usar el neumático para adelantar, y lo he destrozado para adelantar a ese tráfico y la carrera se me ha hecho muy larga”. Y seguía, “no es que faltase ritmo, sino que el neumático iba muy usado en las primeras diez vueltas tras el primer pit stop intentando aguantar a los Racing Point, y al final cuando hemos parado ya he hecho vuelta rápida, valía de poco”.
Se le recordaba que al menos se iba de Austria con la vuelta rápida y el récord del circuito, pero ni así se consolaba. “Es lo de menos. Está claro que ese pit stop nos ha costado la P5 que se podía haber conseguido yendo normal, y ha sido una pena” ●