Se veía venir, difícil situación

e veía venir, no nos vamos a engañar. El Barça sólo hizo un buen partido desde que volvió esta extraña Liga, así que pensar en llevarse el título así era casi un milagro. La verdad es que a corto plazo entiendo que esto tiene muy difícil solución, porque veo al equipo muy castigado y aunque saquen el amor propio las piernas no llegan. En el fútbol siempre queda la esperanza y los decorados cambian a veces no se sabe ni cómo. Pensando en la Champions, imagina que salga un buen partido ante el Nápoles y luego te vuelva a salir otro ante el Bayern. Todo el mundo vería ya la vida de otro color.

En fin, de ilusión también se vive, pero hoy por hoy lo veo difícil, también para el entrenador. En vestuarios así parece que si no viene un Klopp , un Mourinho o un Ferguson, ya con un gran currículum detrás, el respeto es difícil de ganar. El mensaje es importante pero también el mensajero. Menotti se ganaba al jugador con sus frases. Le preguntaron si se iría a dormir preocupado por el partido del día siguiente y contestó: “Yo entreno al

Barça, que se vaya a dormir preocupado el rival”. O luego pillaba al ‘Boquerón’ o al que fuera y le decía. “A ver usted ¿cuántas veces subió ayer? ‘Diez mister’, ¿Y cuantos goles marcó o dio? ‘Ninguno, mister’. Pues el próximo día suba sólo una vez pero haga daño”, zanjaba.

Luego hay apuestas por el joven que sabe, como la que hizo el Barça con Guardiola ,y esas salen o no salen. Esa salió. Se habla ahora de Xavi. La gran ventaja que tendría es que el culé le daría más tiempo que a cualquier otro para relanzar al equipo ●