Compromiso mínimo
Unos dirigen las miradas hacia el palco, otros disparan al entrenador pero Messi, que siempre atina los análisis, apuntó hacia los propios jugadores admitiendo falta de “ganas e intensidad”. El argentino aseguró que el vestuario debería hacer mucha autocrítica porque “el equipo deja mucho que desear”. Claro que quieren ganar pero han olvidado el camino. Alcanzar la victoria exige entrenamientos de calidad, tener el fútbol como única prioridad, ambición, mentalidad y, sobre todo, ambiente de equipo. Parece que Setién no ha sabido pero, probablemente, no ha podido. Es un vestuario ingobernable lleno de privilegios, vicios y desidia. Todavía hay calidad, falta compromiso. A Messi se le preguntó por su situación en el club para ver si “mataba” al presidente y respondió “la gente del club está enojada con todo lo que vio esta temporada y es lógico tras esto y las derrotas de Roma y Liverpool”. Pues todavía están a tiempo de dar una alegría a la afición con la Champions de cuatro partidos. Es la hora de que Leo ejerza de líder, de que coja por la pechera a los acomodados y les exija dignificar este escudo. Solo él puede convencerles de que la autoexigencia y la profesionalidad son innegociables, que no deberían empañar sus brillantes trayectorias con este final indigno. Hay que olvidar el wakesurf y dejarse la vida en esta Champions express. Es desesperante ver a los laterales trotar en lugar de dejarse el hígado para taponar un centro del rival. Cuando se retiren se arrepentirán de haber desaprovechado tanto talento. Esta displicencia frustra a los comprometidos que, incluso, piensan en marcharse. Esto es el Barça y se perdonan todas las derrotas menos las que se deben a “la falta de ganas” ●