Mundo Deportivo

El Nápoles de Maradona jugó sin público en la Copa de Europa en 1987 A puerta cerrada como en el Bernabéu

- Sergi Solé

→ Un feo pisotón del ídolo madridista Juanito en la cabeza de Lothar Mattäus en el Olympiasta­dion de Múnich generó un caldo de cultivo que al cabo de unos meses llevó de rebote a Diego Armando Maradona a jugar a puerta cerrada en su regreso al Santiago Bernabéu con la camiseta del Nápoles. Actuar sin público en la primera eliminator­ia y a más de 300 kilómetros de la capital en la segunda (ante el Porto en el entonces Luis Casanova de Valencia) de la Copa de Europa 1987-88 además de la descalific­ación por cinco años de Juanito fue la sanción que impuso la UEFA al Real Madrid por los incidentes de la vuelta de semifinale­s de la edición anterior ante el Bayern.

Más de tres décadas después, el Nápoles disputará sin seguidores en las gradas otro partido cumbre de su historia en la máxima competició­n continenta­l contra otro ‘grande’ del fútbol español aunque por un motivo distinto. El coronaviru­s impedirá que los ‘tifosi’ del conjunto partenopeo visiten por primera vez el Camp Nou en encuentro oficial el próximo sábado recordando así la extraña atmósfera del primero de sus dos duelos en Chamartín en la Copa de Europa.

El 16 de septiembre de 1987, Maradona no pudo sacar partido de la ausencia del llamado ‘miedo escénico’ del Bernabéu, que albergó el recordado ‘partido del silencio’. Nada que ver con lo ocurrido cinco meses antes, cuando el Madrid solo ganó por 1-0 y fue incapaz de remontar el 4-1 de Múnich. La ‘Quinta del Buitre’ nunca llegó a la final. La excitación del ambiente jugó en su contra ante el Bayern con bengalas y petardos, uno de los cuales rozó a JeanMarie Pfaff atrasando así el pitido inicial. La UEFA fue implacable.

Y en el primer partido del Nápoles en la Copa de Europa tras haber conquistad­o su primer ‘scudetto’ con Maradona, haciendo un ‘spoiler’ de lo visto ahora en los fondos de los estadios en la ‘era Covid’ con las lonas simulando público y recordando lemas. El Bernabéu contó hace 33 años con dos pancartas (“con público o sin público, el Madrid es único” y “ahora más que nunca, hala Madrid”) y banderas colgadas sin nadie que las ondeara. Unos 70 acompañant­es del Nápoles intentaron empujar a su equipo pero Maradona fue una sombra de sí mismo. Sin acercarse a la dureza del italiano Claudio Gentile en el desapareci­do Sarrià en el Mundial-82, Chendo hizo un marcaje “genial” y le convirtió en “el hombre invisible”, según la crónica de Tomás Guasch en Mundo Deportivo. La Gazzetta dello Sport tituló: “Maradona fue el único espectador”. Michel, de penalti (15’), y Tendillo (75’) sellaron el 2-0 ante un Nápoles que “defraudó y toda su táctica se redujo a un tremendo ‘catennacci­o”. “No han visto al verdadero Nápoles”, aseguró Maradona prometiend­o ‘vendetta’ si bien el 1-1 de la vuelta fue estéril y no volvió a la Copa de Europa hasta 1990 tras su segunda Serie A. Pero fracasó y cayó en octavos ante el Spartak Moscú en los penaltis ●

Tras la caliente ‘semi’ ante el Bayern, el Madrid fue sancionado por la UEFA

Diego no lo aprovechó (2-0) en el debut del club italiano en la Copa de Europa

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FOTO: MF Diego Armando Maradona y Carlos Santillana se intercambi­an los banderines el 16 de septiembre de 1987 en un Bernabéu vacío ante la mirada del árbitro rumano Ioan Igna

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