Mundo Deportivo

TRIPLETE DEL BAYERN

→ Coman se convirtió en el héroe inesperado de la final dando el triunfo al Bayern → Ni Neymar ni Mbappé lograron superar a Neuer, el otro protagonis­ta del duelo

- Roger Torelló

→ El Bayern se proclamó campeón de Europa cogiendo el testigo del Liverpool en una final que no respondió a las expectativ­as creadas y con un héroe inesperado. Coman, la sorpresa en el once de Flick -que sentó a Perisic-, firmó el gol de la victoria en el minuto 59 y fue el verdugo de su ex equipo, el PSG, del que salió con 16 años rumbo a la Juve.

Ni Neymar, que acabó entre lágrimas, ni Mbappé consiguier­on darle al PSG su ansiada primera Champions, pues cuando lo intentaron, especialme­nte en la primera parte, toparon siempre con Neuer, un seguro bajo palos. Coutinho, que entró en la segunda parte, consiguió la Champions que no pudo ganar con el Barça y habrá que ver ahora, tras su cesión, si Koeman lo convence ahora para su proyecto azulgrana.

Inicio con mucho respeto

Desde el primer minuto se notó que había algo muy grande en juego. Ni PSG ni Bayern mostraron esa superiorid­ad de los partidos anteriores, especialme­nte los alemanes. Fueron constantes los errores y las imprecisio­nes en los primeros minutos. Los de Flick buscaron presionar arriba y, pese a que los parisinos empezaron sufrieron, poco a poco lograron ir avanzando. Como era de esperar, el tridente del PSG sufría para recibir un balón, pero cuando lo tenía, la sensación de peligro era inmediata. Tras dos avisos de Mbappé, que logró despejar la defensa germana, en el minuto 18 apareció Neuer para evitar el 1-0 con una doble parada. Primero rechazó desde el suelo un disparo de Neymar con la izquierda, tras una buena asistencia de Mbappé y en el rechace, que recogió el propio Neymar y lo cedió a Di María, volvió a meter la pierna salvadora.

Lejos de intimidars­e, la réplica del Bayern fue casi inmediata. En el 22, Lewandowsk­i, que hasta entonces no había entrado en juego, se las ingenió para controlar de espaldas un balón que le llegó desde la izquierda y, tras girarse, disparó con la derecha para estrellar el balón al palo derecho de Keylor.

Superado el respeto inicial, el encuentro entró en una fase de toma y daca. El PSG necesitaba de muy poco para llegar con peligro al área rival. Un pase largo de Marquinhos lo recibió Mbappé, que aceleró de inmediato, combinó con Neymar y éste con Di María, hasta que el argentino, ya dentro del área, cedió atrás para Herrera, que le devolvió el balón, pero el argentino, solo ante Neuer, envió chutó a las nubes. En esa acción exigente, Boateng, que llegó entre algodones al choque, tuvo que retirarse lesionado y dejar su sitio a Süle a los 25’.

Tras otro remate del PSG, por mediación de Ander Herrara desde la frontal, Lewandowsk­i volvió a poner en apuros a Navas con un remate acrobático de cabeza, que obligó al costarrice­nse a detener el balón en dos ocasiones. Resignados a acabar el primer tiempo sin goles, aún hubo otra ocasión para cada bando. Un regalo dentro del área de Alaba, que le dejó un balón franco a Mbappé, no logró aprovechar­lo el francés, que volvió a toparse con Neuer, el mejor del Bayern en el primer tiempo.

En la jugada siguiente, Gnabry replicó con un disparo cruzado desde la derecha, pero también lo detuvo Navas y, sobre la bocina, el Bayern reclamó un penalti que ni el árbitro ni el VAR concediero­n.

Coman, héroe inesperado

El guión de la reanudació­n fue el mismo del inicio: respeto e imprecisió­n, hasta que Coman, el héroe inesperado, decidió ser protagonis­ta. El extremo francés, salido del PSG, fue el verdugo de su ex equipo. En el minuto 59 aprovechó un pase medido de Kimmich desde cerca del área para conectar un cabezazo y batir a Navas. Solo dos minutos después de marcar, el propio Coeman agitó el partido con un centro de la muerte que Kimpembe, desde el suelo, logró despejar con la cabeza cuando Lewandowsk­i ya tenía la caña a punto para empujar el balón. Coeman, desatado, volvió a llevar el peligro del Bayern al área de Navas con otro centro peligroso que Thiago Silva despejó bajo palos.

Inexplicab­lemente, con Coeman siendo la pesadilla del PSG, Flick decidió cambiar al extremo para que entrara en su lugar Coutinho y que Perisic hiciera lo mismo por Gnabry. La misión era que el Bayern controlara más el balón, pero le costó. De nuevo tuvo que aparecer Neuer para desbaratar un remate claro de Marquinhos en una llegada del brasileño al área

Con el Bayern tratando de aguantar el 0-1, ni Neymar ni Mbappé lograron marcar las diferencia­s. El brasileño lo intentó algo más, pero su aportación fue insuficien­te para un jugador que quiere ser Balón de Oro: un disparo alto y un centrochut sobre la bocina que Chupo-moting no logró rematar a gol.

Al final, se hizo justicia y el Bayern, que no fue la apisonador­a que exhibió hasta la final, levantó la sexta Champions de su historia para completar su triplete ●

La racha de Flick Se hizo con el Bayern en noviembre, le ha dado el triplete y una racha de 30 partidos seguidos sin perder

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