Es millonario y no lo sabe

Cuando juegue con Messi me va a dar algo”, decía Pedri

siendo ya jugador del Barça pero aún en disciplina de la UD Las Palmas. Hacía poco que había debutado en Segunda, con 16 años, bajo las órdenes de Pepe Mel: “Es millonario y no lo sabe”, decía de él su técnico. Un año después, a Pedri no solo no le ha pesado jugar al lado del mejor del mundo, sino que está consiguiendo devolverle la alegría en el campo.

Su conexión en San Mamés para el 1-2, provocando una sonrisa de oreja a oreja en el ‘10’ tras su pisada de espalda para dejarle solo ante la portería vacía, fue toda una declaración sin palabras del capitán hacia su nuevo socio, como diciendo: “Che, nene, qué bueno que viniste”. Messi es el mejor del mundo, pero rara vez uno solo es capaz de tumbar a un colectivo, por eso su desazón deportiva siempre ha ido vinculada a no disponer del acompañamiento necesario para no ir solo a la guerra. Ahora, con la irrupción de Pedri,

ha descubierto a alguien que habla su mismo idioma. La buena conexión Messi-pedri ha generado la chispa de alegría que necesitaba este Barça en transición y que, tras los buenos partidos en San Mamés y Granada, parece haberse contagiado al resto, de cara a la semana donde se define la Supercopa. Además de habilidad, Pedri aporta algo que marca la diferencia entre los buenos y los imprescindibles: entiende el juego, sabe asociarse y toma decisiones pensando en el colectivo. Porque Pedri, además de enorme jugador, es un tipo humilde, de los que no le importa salir por la tele con una bolsa de plástico o volver a casa en taxi tras debutar con gol en Champions. De los que hacen mucho y hablan poco. Un tipo que es millonario y no lo sabe y que se pasea por Primera como Pedro por su casa ●