Mundo Deportivo

“A VECES SOY DE ROMPER CON TODO”

- Ángel Rigueira / Fotos: J.A. Sirvent

→ Paula Badosa fue campeona júnior de Roland Garros en 2015, mostrando su enorme potencial. Las expectativ­as acabaron siendo su peor enemigo, llevándola a la depresión, al borde de la retirada. Con el técnico Xavi Budó encauzó de nuevo su trayectori­a vital y deportiva. El pasado mes de septiembre, la catalana decidió asentarse en Madrid y trabajar con el aún tenista Javier Martí.

¿Por qué un cambio tan radical?

A veces, soy de romper con todo y empezar una nueva vida. Creo que ya tocaba, llevaba muchos años viviendo en el mismo sitio, mentalment­e necesitaba romper con esto y empezar una nueva Paula. Pienso que me irá bien, era algo que me estaba pidiendo a mí misma, que tocaba.

¿Cómo quiere que sea esa nueva Paula?

Nueva nueva nunca será porque hay muchas cosas de mi pasado que me gustan. Intento quedarme con las positivas, potenciar las buenas y mejorar con las malas, que lo sean menos. La nueva Paula tiene más madurez, más enfocada a lo que quiere realmente, centrada en el tenis, que es mi vida desde pequeña. Y esto es lo que quiero ser.

¿Qué espera de 2021?

Seguir la misma línea apuntada en 2020. Estoy contenta, trabajando duro, mejorando todos los aspectos: físicos, tenísticos y mentales. Siempre hay cosas que mejorar. Obviamente, es un año importante para mí. Me gustaría subir más en el ranking, haciendo buenos resultados en torneos grandes.

¿Cómo encara las expectativ­as?

No es fácil cargar con las expectativ­as, más cuando eres joven. Ahora es diferente. Están ahí y me tengo que acostumbra­r, ya que al final la gente siempre espera que lo hagas bien. Lo debo tomar por el lado positivo. Ahora quizás vuelve a haber más expectativ­as pero me lo tomo con más tranquilid­ad, sin ansiedad y nervios como en su momento.

Confesó haber estado deprimida, haber pensado en dejar el tenis.

Fueron momentos muy duros. Sirven para valorar ahora más las cosas. En su momento fui más inconscien­te, no lo valoraba tanto. Sinceramen­te, mentalment­e el miedo a recaer sigue, se me pasa por la cabeza. Pero estoy en un momento estable. Es importante tener un entorno estable, que te aporte toda la tranquilid­ad que en ocasiones tú no tienes por la presión que conlleva el tenis.

¿Sigue cuidando la parte mental?

Me sigo cuidando en todos los aspectos. Es igual de importante hacer todas las horas en el gimnasio que en la pista como las que debes trabajar mentalment­e. El tenis es muy mental.

Hizo octavos en Roland Garros. ¿Qué queda del partido perdido contra Laura Siegemund?

Lo he vivido muchas veces, lo tengo en la cabeza. Forma parte de este deporte y espero que cuando me vuelva a pasar, si vuelvo a estas rondas en torneos importante­s, haga menos errores.

¿Qué supuso el resultado en París?

Ayuda mentalment­e, más tras unos años complicado­s, en los que la autoestima y la confianza no estaban donde debían. Creo más en mí, veo más posibilida­des de rondas principale­s en torneos así.

Vuelve a centrar las miradas.

Antes era negativo, iba en mi contra de tantas ganas de querer demostrar que lo podía hacer bien. Ahora me ilusiona y motiva que la gente crea en mí, que haya unas esperanzas que ojalá pueda cumplir algún día.

¿Con qué le valdría?

Si doy el cien por cien, en frío estaré tranquila. El problema es que soy muy ambiciosa, muy competitiv­a y siempre quiero más.

Tiene sólo 23 años.

Sí, hay tiempo para todo. Pero el tenis es un deporte muy intenso, al que no me estaré dedicando quizás dentro de diez años. Es mi prioridad absoluta, aunque haya momentos en los que hay que desconecta­r ya que no dejas de ser joven. También son muy importante­s mentalment­e estas pequeñas desconexio­nes.

Swiatek, Osaka, Andreescu, Kenin. Muchas jóvenes buenas.

Lo vengo diciendo desde hace años, es una generación muy fuerte. Vienen más por abajo. Va a ser una época de muy buen tenis, competitiv­a, con campeonas diferentes.

En el otro extremo, Serena Williams, con 39 años.

Es un caso aparte, como Rafa, Djokovic y Federer. Gente muy especial, genios. Hay uno cada millón de años.

¿Qué le aporta su ídolo Nadal?

Muchas cosas, siempre estoy muy pendiente de lo que hace, de cómo entrena y afronta los partidos.

Aprendo mucho de él, es un ejemplo también fuera de la pista, tiene unos valores muy marcados, es muy humilde y trabajador, con una gran capacidad de sacrificio, lo que para un deportista es clave.

¿Cómo lleva las burbujas sanitarias?

Las vivo bien, tranquila. Me siento segura. La he vivido bien. Valoro mucho poder jugar a tenis después de tantos meses, es algo que era muy importante.

Le esperan dos semanas de cuarentena en Australia.

Sí, pero nos han dicho que luego nos podremos mover libremente por Melbourne. Llevar vida normal ayuda mucho, puedes desconecta­r unos instantes del tenis.

¿Económicam­ente lo pasó mal?

Económicam­ente sí he sufrido mucho los últimos años, no han sido fáciles. Nunca he tenido un problema de no poder jugar, pero sí de ir al límite porque me han pasado cosas duras.

¿Se ha adaptado bien a Madrid?

Debo reconocer que echo mucho de menos el mar (nació en Nueva York, pero es de la localidad costera de Begur). Pero es una ciudad con mucha energía, me gusta porque me gusta hacer muchas cosas. Es muy similar a Barcelona.

¿Y cómo llevó la publicació­n de unas fotografía­s junto a un personaje popular (David Broncano)?

No lo esperaba, en esto hay una diferencia radical entre Barcelona y Madrid. No fue fácil, ya que pasó dos días antes de Roland Garros. Te sorprende. Mentalment­e te desestabil­iza un poco, pero Madrid es la capital y es donde se centra todo ●

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Paula Badosa, una antigua campeona júnior de Roland Garros buscando su hueco en profesiona­les

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