Mundo Deportivo

A LA FINAL

→ El Barça, sin Messi, se impone en la tanda de penaltis en una ‘semi’ durísima → Ter Stegen, superlativ­o, y Riqui, que marcó el gol decisivo, héroes del partido

- ESCRIBE Santi Nolla

Marcar primero, vital El Barça no ganó el partido propiament­e dicho pero nunca le han remontado cuando abre la lata.

El Barça luchará por la Supercopa de España en la final del domingo en Sevilla después de apear a la Real Sociedad en la tanda de penaltis (1-1, 2-3). Tras un partido muy intenso, Ter Stegen, que ya salvó a los de Koeman al final de la prórroga, paró dos lanzamient­os en la tanda y Riqui Puig, que jugó el tiempo extra, demostró su personalid­ad para marcar el definitivo tras los errores de De Jong y Griezmann. Así, el equipo azulgrana luchará por su 14º título ante el Athletic Club o el Real Madrid, que se enfrentan hoy (21.00 h./vamos) en Málaga.

La semifinal empezó ya en la previa, cuando Messi encendió las alarmas tras quedarse en el hotel en la sesión matinal de activación programada por Koeman. El argentino se resintió de las molestias en la pierna izquierda y el entrenador barcelonis­ta no quiso correr riesgos. El capitán azulgrana, que entró al Nuevo Arcángel de Córdoba vestido de corto, se quedó en el banquillo y se perdió el choque frente a la Real.

Sin Leo, el Barcelona empezó sin determinac­ión. Tampoco ayudó la presión asfixiante de la Real, que encerró a los culés en su campo hasta que un tiro de Lenglet en el ecuador del primer tiempo sirvió para que los culés reaccionar­an y dieran el paso adelante que pedía insistente­mente y a gritos Ter Stegen. De hecho, el guardameta alemán fue clave para evitar el primero de los ‘txuri urdin’, que comenzaron con tres peligrosas llegadas. La más clara, una de Isak, en el minuto 17. Tras un error de Busquets, que perdió el balón en el centro del campo, la Real tiró la contra y el sueco se plantó ante Ter Stegen, que sacó una mano providenci­al para desviar el remate picado del delantero.

El Barça, activo por banda derecha con Dembélé como filón, avisó con un remate de Braithwait­e tras un buen centro de Mingueza, ayer lateral derecho al lado de un gran Araujo, que a pesar de llegar con molestias completó un partido superlativ­o. Antes del descanso, de las botas del danés nació el primer tanto del Barcelona. Martin abrió a la izquierda, donde se incorporó Griezmann. Y el francés se la puso a De Jong más ofensivo de la temporada, que abrió el marcador con un cabezazo espectacul­ar y lo celebró subiéndose a caballito de Antoine. Desde que Koeman volvió al 4-3-3, tercer gol del neerlandés en un mes, que ya le marcó a la Real en Liga.

Tras un primer tiempo igualado y marcado por el respeto entre ambos conjuntos, la reanudació­n empezó con De Jong como antagonist­a culé. El centrocamp­ista cometió penalti tras impactarle el balón en el brazo y Oyarzabal,especialis­ta que después erró en la tanda, engañó a Ter Stegen.

El empate no descentró al Barça, que mejoró a medida que pasaron los minutos. Los catalanes se atrevieron a algo más en ataque y controlaro­n mejor el partido en el segundo periodo. La reacción culé no tardó en llegar, precisamen­te de las botas De Jong, que se durmió en el último instante. En una rápida cabalgada, recortó dentro del área, pero Gorosabel llegó a tiempo para evitar su remate a bocajarro.

Griezmann también lo intentó con una volea que se fue por encima del larguero y Dembélé desaprovec­hó una contra que había dejado al Barça cuatro contra tres. El disparo del francés, activo pero desacertad­o en sus decisiones, se marchó rozando el palo de Remiro. El asedio culé no paró. Remató Pedri, que obligó a intervenir de nuevo al meta Remiro y Lenglet cabeceó arriba tras un saque de esquina que remató desde el primer palo.

Ter Stegen, vital en la prórroga

La semifinal se fue a la prórroga y Ter Stegen volvió aparecer para sacar un derechazo de Zaldua, que acababa de entrar para jugar el tiempo extra, como Pjanic y Riqui Puig en el Barcelona.

El conjunto azulgrana respondió con un disparo abajo de Dembélé tras un robo de Griezmann cerca del área rival. Antoine dispuso de la mejor ocasión de la prórroga para el Barça, pero su media tijera la sacó Remiro.

En la jugada posterior, a la contra, la tuvo Oyarzabal. Aunque las dos mejores opciones fueron para Januzaj. Ter Stegen le sacó un cara a cara en la primera. Una parada providenci­al cuando el banquillo ‘txuri urdin’ ya se veía en la final. Seguidamen­te, fue el poste quien escupió su lanzamient­o de falta directa.

El finalista se decidió en la tanda de penaltis. El Barça no afrontaba una desde la temporada 1997-98, cuando ganó la Copa del Rey al Mallorca, y esta vez volvió a salir cara para los culés como entonces con Ruud Hesp bajo palos. La Real falló los tres primeros penaltis y en el Barcelona marcaron Dembélé y Pjanic. Había fallado De Jong y Griezmann lo mandó a las nubes. Así que tuvo que ser Riqui Puig, marginado durante todo el curso, quien agarrara la responsabi­lidad para meter al Barça en la final. Al chaval de 21 años no le tembló el pulso y metió al equipo de Koeman en la final. El canterano lo celebró con rabia, besándose el escudo, y posteriorm­ente se abrazó a Ter Stegen, el otro héroe del camino a la primera final de la temporada. Con épica a por el primer título ●

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FOTO: MONTILLA Riqui Metió el penalti decisivo
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