Los penaltis de Córdoba no son los de Sevilla
El Barça jugará su primera final de la temporada. Tiene guasa que fuese Riqui Puig quien clasificase el equipo de Koeman con el quinto y definitivo penalti. Tiene gracia que la primera tanda en 22 años que le vemos al Barça se jugase en Córdoba, tan cerca del escenario sevillista donde dejamos lágrimas ilusiones en la dramática final Copa de Europa perdida ante el Steaua. Ter Stegen, como Urruti en el Pizjuán, paró los dos primeros penaltis de la tanda, pero sus compañeros sí acertaron. Dembélé, Pjanic y Riqui hicieron el trabajo. Griezmann, con un ‘match ball’ en sus pies, mandó el balón a las nubes y demostró por qué ese día, en Liga, chutó Braithwaite. No se esconde. Simplemente no es un especialista. El francés también tuvo la victoria en sus pies en la prórroga, en una falta directa sobre la frontal. Sin
Messi, él cogió el balón. Era el minuto 111. Hubiera tenido gracia que, con Koeman en el banquillo, el Barça resolviese la eliminatoria en ese momento mágico. Pero
Griezmann, a pesar de darlo todo, no tiene estrella. Ayer dio el pase del gol, eso sí. Remató un De Jong que, en su nueva faceta de llegador por sorpresa, sólo le faltaba ya marcar de cabeza. Y lo hizo, en posición acrobática, dejando su frente detrás cuando su cuello ya había llegado al área. Y es que De Jong anoche lo hizo todo, incluso cometer el penalti por unas manos que, en otras áreas, no se pitan ●