Willian José se despide goleando
→ Dos tantos del ariete, que se va cedido al Wolves, sentenciaron a un buen Córdoba y meten a la Real en octavos
→ La Real Sociedad ató ayer su billete para los octavos de final de la Copa tras noquear al Córdoba con dos goles de Willian José en la segunda parte. Dos dianas que salvo sorpresa, serán las últimas del ariete brasileño con la Real pues su cesión al Wolverhampton está hecha, a falta de oficialidad.
No pudo tener mejor despedida Willian en su último duelo como realista, dos golazos y dejando a su equipo en octavos de Copa. Se quedó en la cuneta uno de los modestos ‘revelación’ hasta ayer, el Córdoba de Pablo Alfaro, que tampoco decepcionó a nadie en su último duelo copero tuteando a los vascos en fases de la primera parte. Pero la calidad de Willian José decidió.
La novedad más destacada en el once donostiarra fue la titularidad de Illarramendi, 16 meses después de haberse lesionado. Pronto entró en escena ‘Illarra’, que rebañó in extremis una buena contra de los andaluces (9’). La Real tuvo el balón y el mando pero el Córdoba no se descompuso pese al acoso, destacando el trabajo de Merquelanz. En el 17’ tuvo la opción más clara del once vasco, pero su colocado disparo salió rozando la escuadra. A partir de la media hora, el Córdoba empezó a achuchar y a la Real le costó llegar con fluidez.
Puso la sexta en la reanudación, buscando el gol rápido para evitar que el Córdoba diera la sorpresa. En el 49’, Guridi tuvo una gran ocasión, pero su disparo a bocajarro fue repelido por Farrando.
Apretaba la Real y al Córdoba le costaba sacudirse el asedio. Y en el 57’ Willian José hizo el primero de su cuenta. Tras un centro de lujo de Roberto López, el ariete fusiló al meta local en boca de gol para poner el 0-1 en el luminoso.
El Córdoba no bajó la guardia pese al mazazo y con más corazón que ‘punch’, buscó la igualada sin éxito. En el 79’ Barrenetxea perdonó el 0-2 cuando envió el balón a las nubes. Pero era la noche de Wilian José. En el 84’, hizo el segundo y la sentencia con un golazo, un obús desde la frontal que se coló ajustado por el palo. Brutal.
El Córdoba no bajó los brazos pero a tres del final se quedó con diez hombres por la segunda amarilla que vio Del Moral ●