Rosell apostó por un estadio nuevo y su junta lo tumbó
En abril de 2014 los socios avalaron el Espai Barça con el 72% de los votos a favor. En marzo de 2016, el proyecto de Nikken Sekkei, Pascual y Ausió ganó el concurso para la reforma del estadio. En abril de 2018 el pleno del Ayuntamiento aprobó la modificación del Plan General Metropolitano que permite la remodelación del Camp Nou, nuevo aparcamiento y la construcción del Palau donde estaba el Mini. Fue uno de los grandes logros del mandato de Bartomeu. Jordi Moix, Bill Manarelli y Albert Blanch trabajaron durante años para este acuerdo histórico. Antes de llegar ahí, sin embargo, y durante los primeros años del mandato de Rosell, hubo cuatro opciones sobre la mesa: 1. Remodelar el Camp Nou. 2. Construir un estadio nuevo en otra zona de la Diagonal. 3. Construir un estadio nuevo en la Ciutat Esportiva. 4. Reconstruir el Camp Nou, cambiando la orientación de los goles, modelo San Mamés.
Descartadas las dos últimas opciones, se sometió a votación en junta en diciembre 2013. Rosell, tras hablar mucho del tema con Antoni Vives, teniente de alcalde de urbanismo, apostó por la construcción de un nuevo estadio en el campus deportivo de la zona universitaria. El presidente perdió la votación en junta y aceptó la opinión mayoritaria: el nuevo Camp Nou donde está el Camp Nou. Esa opción pasó entonces por referéndum ●