Mundo Deportivo

REMONTADA AL LÍMITE

→ El Barça pasa a cuartos de Copa superando el 1-0 del Rayo y a su mala suerte con el gol → Tuvo ocasiones y tres postes, pero Messi y De Jong pusieron el 1-2 y Alba, la revolución

- Gabriel Sans

Fue un palo de partido. Porque el Barça no mereció sufrir ante el Rayo Vallecano para clasificar­se para los cuartos de la Copa del Rey, porque el infortunio le castigó con tres postes, ocasiones fallidas y un gol en contra en la única local y porque siendo superior, debió esperar hasta el 80 para imponer su autoridad. Fue un 1-2 pero pudo ser un resultado más amplio. Lo solucionó el de siempre, Messi, una pesadilla en Vallecas, y un De Jong con estrella y enrachado, aunque la historia dirá que Alba revolucion­ó el estado de ánimo azulgrana.

Koeman viajó a Madrid no para medirse a un Primera candidato al título de Liga sino a un Segunda con la aspiración de regresar a la élite. Y no se fio de las bajas rayistas. Propuso un once lo más lustroso posible pero retocado. Minutos para Junior en lugar de Alba, un Riqui Puig con premio por Pedri y la continuida­d copera de Trincao por Dembélé. Un equipo titular pensando para evitar sorpresas y ejecutar el pase.

Fue un Barça superior desde el principio, antes incluso del pitido inicial con un Messi pasándosel­o en grande calentando, aunque mirando de reojo el estado de un maltrecho césped. Leo intimida solo con su presencia y el Rayo se aplicó martirizán­dole con exceso de faltas. Los ruegos de Andoni Iraola no fueron escuchados y acabó de titular con Griezmann como escudero. La jefatura del juego en manos de un eléctrico Riqui y de De Jong.

El gol estaba cantando. Tarde o temprano, el ataque azulgrana iba a taladrar el muro vallecano. Eso parecía. Era cuestión de insistenci­a. La correlació­n de acciones se sucedió a partir de los diez minutos, desde un penalti reclamado por Trincao que ni el árbitro ni el VAR vieron. Poco a poco, los azulgrana trataron de agrietar su resistenci­a. Primero con una falta que Araujo peinó y Dimitriesv­ski blocó, después con un centro envenenado de Junior con remate raspando de De Jong que se fue al travesaño y más tarde, ya a los veinte minutos, con un disparo de lejos de Messi que paró el portero Sobre el tablero, los dos equipos expusieron el cómo. El Barça con control y autoridad y el Rayo, con presión, línea defensiva adelantada y un fútbol menos sofisticad­o pero más directo. Y le fue dando resultado con aproximaci­ones peligrosas derivadas de faltas laterales y remates que generaron dudas en la defensa cule´. Como una de Trejo, la más picante.

Concentrad­os en el juego y también en el repliegue cuando convenía, el Barça se adueñó de la partitura. Se le veía frustrado porque su poderío no se traducía en gol pero no dejó de intentarlo. Una doble ocasión de Trincao con parada del portero y remate de Riqui que golpeó en un defensa y se fue al palo. El segundo de la primera parte. Visto lo visto, Griezmann disparó de nuevo y Messi cabalgó por el área.

Los cambios

Y el Barça se fue al descanso barruntand­o por qué ninguna de sus ocasiones había llegado a la red. Fue a por el partido generando juego pero se dieron contra los postes. Habría alguno más. El Rayo, por el contrario, se iba felicitand­o por su planteamie­nto conservado­r, el mejor que podía hacer, con determinac­ión. Koeman no quería pensar en una cuarta prórroga.

La maldición de los postes continuó, con una primera falta lateral provocada por un Trincao más peligroso que de costumbre. Messi se puso a enfocar y su chut de rosca pegó de nuevo en el travesaño. El tercero: De Jong, Riqui y Leo. El Barça tenía flujo ofensivo pero no suerte. Así que trató de buscarla de nuevo, como fuera.

Messi se arremangó forzando más ocasiones, a la vez que el Rayo se aplicaba en la presión con menos afán como Qasmi, que topó con un Araujo imperial. Griezmann la tuvo tras una elaboració­n bien distribuid­a. No le fue el único que lo intentó. De Jong pedía pena máxima, el tercer reclamo del partido, aunque fue falta fuera. Pero ni así.

El Barça atravesó entonces una fase de inestabili­dad defensiva, con un punto de nervios inexplicab­le. Con balones que no se terminaban de despejar, perdiendo autoridad. Y quién lo diría, el Rayo encontrarí­a el gol por el camino más rápido. Un centro de Alvaro que Neto no termina de parar y Fran García empuja el tanto en el 63’.

Koeman intervino para remendar tanta ofuscación sacando todo el arsenal que le quedaba. Dio entrada a Alba, Dembélé y Pedri y la reacción fue inmediata aunque sin su intervenci­ón. En el 69’, gran pase de De Jong al hueco para Griezmann, control, y cesión a Messi que remató a la red. El empate era un aviso: no estaba para bromas y no quería otra prórroga. Alba, por la izquierda, imprimió más profundida­d y el equipo lo notó. En el 80, derivó en un centro del lateral y un remate de De Jong. Ahora sí, ahora sí. El barçaa cuartos, pero con susto●

 ?? FOTO: J. A. SIRVENT ?? Trincao reclamó más de un penalti como este en el área del Rayo Vallecano
FOTO: J. A. SIRVENT Trincao reclamó más de un penalti como este en el área del Rayo Vallecano
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain