Tony Parker, sin excesos
Un documental repasa la trayectoria del baloncestista francés que triunfó en la NBA
Netflix ha estrenado este mes el documental ‘Tony Parker. La última canasta’. La manera como los deportistas de élite eligen cómo quieren que sea el documental que oficialice su trayectoria profesional dice también mucho de ellos. Unos sienten la necesidad de exhibir su vida personal, vender la profesional con una enorme épica y se sienten cómodos con un relato entre azucarado, dramático y de extrema perfección familiar final. Y los hay que quieren una síntesis escrupulosa de su trayectoria que ponga de relieve su esfuerzo, pero sin convertir su vida en un publirreportaje. Este es el caso de Tony Parker. El documental es baloncesto en estado puro. Sin añadidos. No cae en puestas en escena artificiales para buscar el lado humano del personaje y vendernos una especie de santidad del deporte. ‘Tony Parker. La última canasta’ no pierde el tiempo ni se va por las ramas: es un repaso a su trayectoria, en orden cronológico, a través de sus propias palabras y el testimonio de sus padres, sus compañeros de equipo (Tim Duncan, David Robinson, Manu Ginobili …)yde selección, algunos de sus entrenadores, sus amigos (Thierry Henry), su esposa de manera muy fugaz y algunos periodistas. El documental está perfectamente nutrido de imágenes de archivo y detalla cada uno de los grandes hitos y récords que consiguió el baloncestista francés en la NBA y con su selección. La personalidad de Tony Parker se refleja sobre todo a partir del baloncesto: su evolución a nivel madurativo, su sentido del deber y su meditada vida después del baloncesto. Comprar un equipo francés como el Asvel y convertir-se en el gerentepresidente del club, crear una escuela de baloncesto, desarrollar su mercado de negocio en China y que funcione más allá de su retirada… ‘Tony Parker. La última canasta’ es ideal para los muy fans del baloncesto que desean volver a ver jugadas, instantes, reflexiones sobre el desarrollo de las trayectorias e interioridades de los grandes equipos. No es ninguna proeza audiovisual, pero es un reportaje bien hecho, honesto con los méritos del protagonista y con la épica justa y necesaria. En una época donde el ego de las grandes figuras conlleva ciertos excesos y vanidades mediáticas, el tono de este documental es de agradecer ●